Tiempo de recuperación de la cirugía de condromalacia rotuliana
Los problemas de alineación o uso excesivo de la rótula pueden provocar el desgaste del cartílago situado detrás de la rótula. La condromalacia rotuliana es un problema frecuente de la rodilla que afecta a la rótula y al surco en el que ésta se desliza sobre el fémur (hueso del muslo). La rótula, junto con el extremo inferior del fémur, se considera la articulación femororrotuliana.
Condromalacia es el término utilizado para describir una articulación patelofemoral que ha sufrido daños estructurales, mientras que el término síndrome de dolor patelofemoral (SDPF) se refiere a las primeras fases de la enfermedad, en las que aún no se han producido daños estructurales. Es más probable que los síntomas del SDPF sean reversibles.
La rótula es el hueso móvil de la parte delantera de la rodilla. Este hueso único está envuelto dentro de un tendón que conecta los grandes músculos de la parte delantera del muslo, los músculos cuádriceps, con el hueso inferior de la pierna. El gran tendón del cuádriceps, junto con la rótula y el ligamento rotuliano, se denomina mecanismo extensor. Aunque pensamos en él como un único dispositivo, el mecanismo extensor tiene dos tendones separados, el tendón del cuádriceps en la parte superior de la rótula, que conecta el músculo cuádriceps con la parte superior de la rótula, y el tendón rotuliano debajo de la rótula, que conecta la parte inferior de la rótula con la tibia.
¿Cuánto tiempo se tarda en recuperarse de una operación de condromalacia rotuliana?
Si el problema es leve, la recuperación puede durar sólo una o dos semanas. En el caso de un problema grave, la recuperación puede durar hasta uno o dos meses, o es posible que la cirugía artroscópica no le ayude en absoluto y que tenga que someterse a otra intervención quirúrgica.
¿Cómo se rehabilita la condromalacia rotuliana?
El mejor tratamiento para el síndrome femororrotuliano es evitar las actividades que comprimen la rótula contra el fémur con fuerza. Esto significa evitar subir y bajar escaleras y cuestas, flexiones profundas de rodilla, arrodillarse, step-aerobic y aeróbic de alto impacto. No lleve zapatos de tacón alto.
¿Qué cirugía se realiza para la condromalacia rotuliana?
La cirugía artroscópica para la condromalacia rotuliana consiste en colocar instrumentos en la rodilla para afeitar cualquier colgajo de cartílago inestable en la rótula y el surco troclear. En la mayoría de los casos, quedará algo de cartílago superficial.
Cirugía de condromalacia rotuliana de grado 4
Se trata de técnicas muy novedosas y prometedoras que actualmente están disponibles para tratar a un grupo selecto de pacientes con lesiones en cartílagos y articulaciones. Los primeros resultados son prometedores y la consulta está actualmente en proceso de ofrecer estos procedimientos a un grupo selecto de pacientes en los que existe la posibilidad de regeneración del músculo, tendón y cartílago dañados.
El hombro es una articulación muy móvil capaz de realizar movimientos complejos que nos permiten llevar a cabo tareas específicas. El hombro tiene tres componentes: la articulación glenohumeral, la articulación acromioclavicular y la articulación escapulotorácica. Los elementos óseos incluyen el extremo superior del húmero [hueso de la parte superior del brazo], el extremo externo de la clavícula [clavícula] y toda la escápula, con su omóplato, glenoides [cavidad del hombro] y acromion. Como el hombro está formado por muchas articulaciones, músculos, tendones y ligamentos, es posible una movilidad extrema. Sin embargo, este alto grado de movilidad puede dar lugar a problemas como la inestabilidad o el pinzamiento cuando se utiliza en exceso, por ejemplo durante la práctica deportiva.
Vídeo de cirugía de condromalacia rotuliana
La condromalacia rotuliana es un reblandecimiento y degradación del cartílago de la articulación femororrotuliana. Es una progresión del dolor de rodilla del corredor con daños en la articulación. Existen 4 grados de gravedad para la condromalacia rotuliana, cada uno con características distintas, que pueden observarse en las imágenes de resonancia magnética para un diagnóstico preciso. Puedes leer más sobre esta patología, síntomas, epidemiología y diagnóstico en nuestro artículo relacionado: Condromalacia Rotuliana.
Antes de considerar los mejores tratamientos a realizar, es importante saber qué es lo que ya haces que puede agravar tus síntomas. Correr y otros ejercicios de alto impacto pueden irritar la articulación femororrotuliana, ya que tiene que soportar grandes fuerzas de compresión con cada zancada, estocada o salto.
Puede que no sea el deporte lo que empeore el dolor de rodilla. Actividades como caminar, subir o bajar escaleras o permanecer sentado mucho tiempo con las rodillas flexionadas pueden ser agravantes. Es necesario modificar sus actividades y hábitos para reducir la inflamación y el dolor. Es bueno pasar un periodo de reducción del dolor antes de iniciar la rehabilitación.
Tasa de éxito de la cirugía de condromalacia rotuliana
La rodilla es la articulación entre la parte inferior del fémur y la parte superior de la tibia. Las superficies articulares están recubiertas por una fina capa de cartílago de 1 a 2 mm de grosor que permite que los huesos se deslicen suavemente unos sobre otros, reduciendo la fricción y absorbiendo la presión sobre el hueso. Los meniscos son pequeñas almohadillas en forma de C entre el cartílago del fémur y la tibia que mejoran el contacto y actúan como amortiguadores. Los ligamentos son cintas de elasticidad variable que ayudan a mantener la estabilidad de la rodilla (figuras 1 y 2).
El daño del cartílago puede producirse tras un golpe, traumatismos menores recurrentes o debido a una imperfección del crecimiento. El cartílago dañado se desprende de su posición natural solo o con un pequeño trozo de hueso subyacente (figuras 3 y 4). Puede desprenderse parcialmente creando un colgajo, o completamente dejando un fragmento que puede moverse por la articulación. La zona de cartílago dañada puede variar en tamaño y profundidad.
El daño del cartílago puede causar dolor, bloqueo, hinchazón y, a veces, debilidad articular, lo que limita la marcha y otras actividades. El daño ligamentoso o meniscal puede asociarse a la sintomatología y participar en ella.