Presentación de la toxina botulínica
Su médico le hará preguntas y le examinará para averiguar la causa de sus síntomas. Sin embargo, estos indicios no suelen bastar para que el médico te diagnostique, porque algunos síntomas del botulismo también se presentan con otras enfermedades -como el síndrome de Guillain-Barré, la meningitis, la miastenia grave y el ictus- e incluso con la sobredosis de opiáceos.
Si estas pruebas no revelan la causa de la enfermedad, es posible que el médico solicite pruebas de laboratorio para detectar la toxina o las bacterias que causan el botulismo. Estas pruebas de laboratorio son la única forma de saber con certeza si padece botulismo. Los resultados de las pruebas de laboratorio pueden tardar varios días en llegar. Si su médico sospecha que tiene botulismo, puede iniciar el tratamiento de inmediato.
Los médicos tratan el botulismo con un fármaco llamado antitoxina, que impide que la toxina cause más daño. La antitoxina no cura el daño que ya ha causado la toxina. Dependiendo de la gravedad de los síntomas, es posible que tengas que permanecer en el hospital durante semanas o incluso meses antes de recuperarte lo suficiente para volver a casa.
¿Cuál es el uso terapéutico de la toxina botulínica?
La toxina botulínica es un medicamento utilizado en la gestión y el tratamiento con fines terapéuticos y cosméticos. Los usos terapéuticos incluyen la migraña crónica, los trastornos espásticos, la distonía cervical y la hiperactividad del detrusor. Pertenece a la clase de las neurotoxinas.
¿Cuáles son las precauciones aéreas para el botulismo?
Precauciones de contacto: Uso de guantes, bata y protección ocular. Precauciones en caso de inhalación: Iniciar precauciones de inhalación incluyendo el uso de mascarillas (respirador N-95 probado y aprobado por NIOSH) en caso de sospecha de liberación. Las víctimas que se presenten inmediatamente después de la exposición a los aerosoles requieren descontaminación.
¿Cuál es la acción terapéutica del Botox?
La toxina botulínica bloquea la liberación de acetilcolina de las terminaciones nerviosas para paralizar los músculos y disminuir la respuesta al dolor. La toxina botulínica tiene una larga duración de acción, de hasta 5 meses tras el tratamiento inicial, lo que la convierte en un tratamiento excelente para los pacientes con dolor crónico.
Toxina botulínica wirkung
Los informes posteriores a la comercialización indican que los efectos de BOTOX y de todos los productos con toxina botulínica pueden extenderse desde la zona de inyección y producir síntomas consistentes con los efectos de la toxina botulínica. Estos pueden incluir astenia, debilidad muscular generalizada, diplopía, ptosis, disfagia, disfonía, disartria, incontinencia urinaria y dificultades respiratorias. Estos síntomas se han notificado horas o semanas después de la inyección. Las dificultades para tragar y respirar pueden poner en peligro la vida, y se han notificado casos de muerte. El riesgo de síntomas es probablemente mayor en niños tratados por espasticidad, pero los síntomas también pueden aparecer en adultos tratados por espasticidad y otras afecciones, particularmente en aquellos pacientes que tienen una afección subyacente que les predispondría a estos síntomas. En usos no aprobados e indicaciones aprobadas, se han notificado casos de propagación del efecto a dosis comparables a las utilizadas para tratar la distonía cervical y la espasticidad y a dosis más bajas.
BOTOX inyectable está indicado para el tratamiento de la vejiga hiperactiva con síntomas de incontinencia urinaria de urgencia, tenesmo vesical y polaquiuria en adultos que presentan una respuesta inadecuada o intolerancia a una medicación anticolinérgica.
Toxina botulínica tipo a
La toxina botulínica, o neurotoxina botulínica (BoNT), es una proteína neurotóxica producida por la bacteria Clostridium botulinum y especies afines[14]. Impide la liberación del neurotransmisor acetilcolina de las terminaciones axónicas en la unión neuromuscular, causando así parálisis flácida[15]. La toxina causa la enfermedad botulismo. La toxina también se utiliza comercialmente con fines médicos y cosméticos.
Los siete tipos principales de toxina botulínica se denominan tipos A a G (A, B, C1, C2, D, E, F y G)[16][17] Ocasionalmente se encuentran nuevos tipos[18][19] Los tipos A y B son capaces de causar enfermedades en humanos, y también se utilizan comercial y médicamente[20][21][22] Los tipos C a G son menos comunes; los tipos E y F pueden causar enfermedades en humanos, mientras que los otros tipos causan enfermedades en otros animales[23].
La toxina botulínica se utiliza para tratar una serie de trastornos caracterizados por un movimiento muscular hiperactivo, como la parálisis cerebral,[20][21] la espasticidad tras un ictus,[34] la espasticidad tras una lesión de la médula espinal,[35] los espasmos de la cabeza y el cuello,[36] los párpados,[37] la vagina,[38] las extremidades, la mandíbula y las cuerdas vocales. [39] Del mismo modo, la toxina botulínica se utiliza para relajar la contracción de los músculos, incluidos los del esófago,[40] la mandíbula,[41] el tracto urinario inferior y la vejiga,[42] o la contracción del ano, que puede exacerbar la fisura anal[43]. La toxina botulínica parece ser eficaz para la vejiga hiperactiva refractaria[44].
Clostridium botulinum
La toxina botulínica, la toxina biológica más potente, se ha convertido en una poderosa herramienta terapéutica para un número creciente de aplicaciones clínicas. Esta revisión llama la atención sobre los nuevos descubrimientos acerca del mecanismo de acción de la toxina botulínica y repasa brevemente algunos de sus usos más frecuentes, centrándose en los datos basados en la evidencia. Los estudios doble ciego controlados con placebo, así como los ensayos clínicos abiertos, proporcionan pruebas de que, cuando se seleccionan los objetivos y las dosis adecuadas, la toxina botulínica mejora temporalmente los trastornos asociados con la contracción muscular excesiva o la disfunción autonómica. Cuando se inyecta con una frecuencia no superior a tres meses, el riesgo de anticuerpos bloqueantes es leve. La experiencia a largo plazo con este agente sugiere que es un tratamiento eficaz y seguro no sólo para las indicaciones aprobadas, sino también para un número creciente de indicaciones fuera de indicación.
Pocos agentes terapéuticos se han comprendido mejor en cuanto a su mecanismo de acción antes de su aplicación clínica o han tenido un mayor impacto beneficioso en el funcionamiento de los pacientes que la toxina botulínica. El valor terapéutico de este agente se deriva de su capacidad para inhibir la liberación de acetilcolina de la terminal nerviosa presináptica, provocando una quimiodenervación local.7 Existen siete toxinas inmunológicamente distintas; los tipos A y B han sido los más estudiados y utilizados, pero también se están explorando la farmacología básica y las aplicaciones clínicas de otros tipos de toxinas, en particular las C, D y F.8 Aunque las siete neurotoxinas son antigénicamente diferentes, contienen subunidades estructuralmente homólogas.9