Alivio del dolor por hernia discal vertebral
Las afecciones que afectan al segmento de la columna vertebral L5-S1 suelen tratarse con métodos no quirúrgicos. Si los síntomas de la zona lumbar y/o las piernas empeoran o no mejoran a pesar de estos tratamientos, o en caso de determinadas urgencias médicas, como tumores o síndrome de cauda equina, puede recomendarse la cirugía.
En los tratamientos con inyecciones se suele utilizar la guía fluoroscópica (rayos X) para colocar correctamente las agujas. La guía fluoroscópica y el medio de contraste ayudan a mejorar la precisión diagnóstica y disminuyen los riesgos del procedimiento.
Cuando los déficits neurológicos, como el entumecimiento y/o la debilidad, siguen empeorando a pesar de varias semanas de tratamientos no quirúrgicos, puede recomendarse la cirugía. Se considera la cirugía cuando existe una afección estructural que se sabe que responde al tratamiento quirúrgico.
Los cirujanos pueden realizar más de un procedimiento a la vez. Por ejemplo, una laminoforaminotomía es cuando se realiza una laminectomía junto con una foraminotomía. Aunque para estas cirugías se utilizan técnicas mínimamente invasivas, en algunos casos pueden realizarse cirugías abiertas.
¿Puede una protrusión discal provocar ciática?
Tanto si un disco se abomba como si se hernia, el material discal puede presionar una raíz nerviosa adyacente y comprimir el delicado tejido nervioso, provocando ciática. Las consecuencias de una hernia discal son peores.
¿Puede una hernia discal tardar 2 años en curarse?
En general, la mayoría de las personas pueden esperar sentirse mejor en unas pocas semanas. El tiempo de curación de una hernia discal depende de la naturaleza exacta de la lesión y de los síntomas, y puede durar desde unos pocos días hasta meses, según el Dr. Gbolabo Sokunbi, miembro de la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos.
¿Qué ocurre si se tiene una hernia discal durante años?
Las hernias discales son problemas de salud graves. Al tratarse de una lesión de la columna vertebral, podrías correr el riesgo de sufrir parálisis permanente o dolor crónico a largo plazo si no tratas tu hernia discal.
Entrenamiento con hernia discal
La ciática recibe su nombre del nervio ciático, que es el mayor nervio del cuerpo. Tiene aproximadamente el diámetro del dedo meñique y está compuesto por cinco raíces nerviosas que parten de la parte inferior de la columna vertebral. Estas raíces nerviosas se combinan para formar este gran nervio que se ramifica desde la parte baja de la espalda a través de las caderas y las nalgas y baja por cada pierna.
A pesar de su nombre, la ciática no suele estar causada por un problema en el nervio ciático. En la mayoría de los casos, está causada por la compresión de una de las raíces nerviosas que componen el nervio ciático, normalmente la última raíz nerviosa lumbar -L5- o la primera raíz nerviosa sacra -S1- cuando salen de la columna vertebral. El término “nervio pinzado” se utiliza habitualmente para describir esta afección. El término médico es radiculopatía.
La causa más común de radiculopatía es una hernia discal lumbar. Cuando el material discal sobresale del espacio discal hacia el canal espinal, puede comprimir una raíz nerviosa. La radiculopatía puede estar causada por un accidente, una lesión o por levantar una gran cantidad de peso de forma inadecuada. Sin embargo, lo más habitual es que las personas no puedan relacionar el inicio de sus síntomas con ningún acontecimiento. Simplemente se despiertan un día con un dolor que se irradia por una pierna.
Cirugía de hernia discal
Una hernia discal es una afección en la que la parte interna del disco intervertebral empieza a sobresalir de la pared externa del disco. Cuando un disco se abomba en la parte baja de la espalda, se denomina protrusión lumbar; cuando el disco se abomba en la zona del cuello, se denomina protrusión cervical. Los discos intervertebrales son las estructuras que absorben los impactos entre cada vértebra. Los discos tienen una capa exterior gruesa que rodea un centro blando y gelatinoso. Una protuberancia discal puede ser precursora de una hernia discal o de una hernia que ha atravesado parcial o totalmente la pared externa del disco intervertebral. Las protuberancias pueden ejercer presión sobre las raíces nerviosas circundantes, provocando un dolor que se irradia a la espalda y a otras zonas del cuerpo en función de su ubicación dentro de la columna vertebral. Si los síntomas son lo bastante graves y se han vuelto crónicos, puede ser necesario intervenir quirúrgicamente.
Alrededor del 90 por ciento de los casos de hernia discal se producen en la zona lumbar, y la localización más común se sitúa entre las vértebras lumbares L4/L5 y entre las vértebras L5/S1. La presión sobre los nervios causada por estas protuberancias puede ejercer presión sobre el nervio ciático y provocar ciática, causando dolor en la pierna y posible hormigueo, entumecimiento y debilidad que se origina en la parte inferior de la espalda y viaja a través de la nalga y hacia abajo el nervio ciático grande en la parte posterior de la pierna.
Hernia discal suomeksi
El disco intervertebral es responsable de la unión de los cuerpos vertebrales entre sí, proporcionando flexibilidad y absorbiendo y distribuyendo las cargas aplicadas a la columna vertebral. Con el envejecimiento, el disco experimenta cambios significativos en su volumen y forma, así como en su composición bioquímica y propiedades biomecánicas. Se cree que las hernias discales lumbares son el resultado de una degeneración anular que conduce a un debilitamiento del anulus fibrosus, dejando el disco susceptible de fisurarse y desgarrarse.1
Los síntomas de una hernia discal lumbar a menudo pueden ser difíciles de distinguir de los de otros trastornos de la columna o de una simple distensión de la espalda. Para tratar eficazmente este trastorno, es fundamental realizar una historia clínica y una exploración física completas. También es importante conocer la historia natural de la hernia discal y la radiculopatía subsiguiente, la probabilidad de mejoría espontánea y la contribución de los estudios de diagnóstico por imagen o la derivación a un traumatólogo. En este artículo se analiza un enfoque estandarizado para el diagnóstico y el tratamiento conservador de una hernia discal lumbar. Este enfoque conducirá a un uso más eficiente de los estudios diagnósticos y a una reducción de las derivaciones innecesarias y los procedimientos quirúrgicos ineficaces.