Huesos de la mano

Los huesos metacarpianos están situados entre la muñeca y las falanges. Todos los metacarpianos tienen una base agrandada y en su mayoría irregular (base metacarpiana) en el extremo proximal y las cabezas redondeadas (caput metacarpale) en el extremo distal. La movilidad de los huesos metacarpianos 1º y 5º es relativamente alta, ya que intervienen en el movimiento de oposición-reposición.

El 1er hueso metacarpiano es mucho más corto y grueso que los demás metacarpianos. Otra peculiaridad es la base en forma de silla de montar (línea de puntos), que se articula con una superficie articular congruente en el hueso trapecio. Esta articulación permite la rotación del primer hueso metacarpiano alrededor de los ejes sagital y frontal.

El rasgo característico del 3er hueso metacarpiano es la apófisis estiloides en la base del hueso. Esta peculiaridad también permite identificar el lado, ya que la apófisis se encuentra en el lado radial desde la línea media. Si se observa la superficie dorsal, la apófisis estiloides se encuentra en el lado izquierdo para la mano derecha y viceversa.

El quinto metacarpiano suele ser más delgado que los demás metacarpianos (cuando se comparan huesos de la misma mano). Al igual que el 1er metacarpiano, el 5º también tiene la superficie articular en forma de silla de montar en la base (línea de puntos).

Mnemotecnia de los huesos de la mano

Los huesos metacarpianos son los huesos de la extremidad anterior del perro que conectan la “muñeca” (el carpo) con los dedos de los pies (las falanges). Hay cinco huesos metacarpianos en cada extremidad, siendo los huesos metacarpianos centrales tres y cuatro los que soportan mayor peso.

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Una fractura ósea se produce cuando se altera la arquitectura normal del hueso. Esto puede ocurrir por diversas razones (traumatismo, enfermedad, etc.) y, como tal, puede presentarse de varias maneras. Lo más habitual son las fracturas completas, en las que se produce una rotura limpia, o las fracturas conminutas, en las que hay múltiples fragmentos de hueso.

El tratamiento no quirúrgico suele consistir en el entablillado o el reposo en jaula sin vendaje. Con el entablillado o vendaje de la extremidad, las complicaciones no son infrecuentes y están relacionadas con lesiones de los tejidos blandos cuando el vendaje se desliza. Esto puede ser grave si se interrumpe el suministro de sangre al pie. Los vendajes requieren una vigilancia diligente en casa.

Los animales que se someten a una intervención quirúrgica para tratar una fractura de metacarpo deberán guardar reposo durante el mayor tiempo posible al principio. Será necesario realizar revisiones periódicas con el cirujano para evaluar la evolución de la curación. Es posible que se necesiten radiografías para evaluar la curación de la fractura y que los marcos de los fijadores esqueléticos externos puedan retirarse una vez que se haya producido una curación adecuada.

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Huesos de la muñeca

¿Qué huesos son los metacarpianos? Los huesos metacarpianos son los huesos de la mano. Se articulan o unen con la articulación de la muñeca por un lado y con los huesos de los dedos por el otro. Los huesos metacarpianos están fuertemente unidos por ligamentos en ambos extremos. Los ligamentos y la forma de las articulaciones en ambos extremos hacen que los metacarpianos sean huesos muy estables, que no se mueven mucho. Las fracturas de los metacarpianos son muy frecuentes, sobre todo las que se producen alrededor del cuello del metacarpiano en los dedos anular o meñique.

¿Cómo se rompen los metacarpianos? El mecanismo más común de rotura de un hueso metacarpiano es dar un puñetazo fuerte con el puño cerrado. Sin embargo, los metacarpianos también pueden romperse si se tuercen, y así es como suelen sufrir esta lesión los jugadores de rugby y fútbol. En las lesiones por aplastamiento y las lesiones de alta energía, como una caída de bicicleta, el patrón de lesión es menos predecible, y las roturas son más a menudo inestables (véase más adelante).

¿Cómo se diagnostica? El diagnóstico se realiza clínicamente. Hay hinchazón y sensibilidad en el metacarpiano, y el contorno normal de la cabeza del metacarpiano se pierde cuando los dedos se cierran en un puño. Una radiografía confirmará el diagnóstico.

Hueso en el cuerpo

En anatomía humana, los huesos metacarpianos o metacarpos forman la parte intermedia del esqueleto de la mano situada entre las falanges de los dedos y los huesos carpianos de la muñeca, que forma la conexión con el antebrazo. Los huesos metacarpianos son análogos a los huesos metatarsianos del pie.

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Los metacarpianos forman un arco transversal al que se fija la fila rígida de huesos carpianos distales. Los metacarpianos periféricos (los del pulgar y el meñique) forman los lados de la copa del canal palmar y al juntarse profundizan esta concavidad. El metacarpiano índice es el más firmemente fijado, mientras que el metacarpiano del pulgar se articula con el trapecio y actúa independientemente de los demás. Los metacarpianos medios están firmemente unidos al carpo por elementos óseos intrínsecos entrelazados en sus bases. El metacarpiano anular es algo más móvil, mientras que el quinto metacarpiano es semiindependiente[1].

La base o extremidad del carpo tiene forma cuboidal y es más ancha por detrás que por delante: se articula con los huesos carpianos y con los metacarpianos adyacentes; sus superficies dorsal y volar son rugosas, para la fijación de los ligamentos[2].