Los mejores analgésicos para el dolor de cabeza
Entre los efectos secundarios más frecuentes de los AINE se encuentran las náuseas, el ardor de estómago y la indigestión. Otros efectos secundarios más graves pero menos frecuentes son las hemorragias estomacales o los problemas renales. Los AINE, incluidos los de venta libre, también se han relacionado con un pequeño aumento del riesgo de ictus e infarto de miocardio.
Aunque no se den en tu caso, es importante que sigas siempre al pie de la letra las instrucciones de dosificación. En el caso de los niños, hay que administrarles la dosis indicada en el frasco o envase, según su peso.
Hay AINE en muchos medicamentos de venta libre, no sólo en los analgésicos, por lo que debes leer atentamente las etiquetas de los medicamentos. Hay muchas marcas para el mismo medicamento y muchos tipos diferentes de AINE, por lo que debes tener cuidado para evitar una sobredosis accidental. Si no está seguro, pregunte a su médico o farmacéutico.
Hay que tener cuidado de no tomar una sobredosis de AINE por accidente. Por ejemplo, si está resfriado, no tome al mismo tiempo un AINE para el dolor de cabeza y otro para la congestión nasal. Si toma un AINE para una enfermedad crónica (de larga duración), como la artritis, consulte a su médico o farmacéutico antes de tomar medicamentos para el resfriado y la gripe.
¿Por qué los antiinflamatorios alivian los dolores de cabeza?
Al bloquear la ciclooxigenasa, los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) disminuyen la síntesis de prostaglandinas, que intervienen en la fisiopatología de las migrañas.
¿Son buenos los antiinflamatorios para el dolor de cabeza?
Los antiinflamatorios no esteroideos, o AINE, son algunos de los tratamientos más antiguos disponibles para la migraña, y también están entre los más eficaces, sobre todo para las personas que tienen síntomas de migraña de leves a moderados.
¿Qué hacen los analgésicos antiinflamatorios?
Los analgésicos, también llamados calmantes, son medicamentos que alivian distintos tipos de dolor, desde las cefaleas a las lesiones, pasando por la artritis. Los analgésicos antiinflamatorios reducen la inflamación, y los analgésicos opioides cambian la forma en que el cerebro percibe el dolor.
La mejor medicina para el dolor de cabeza y el dolor corporal
ResumenEl uso excesivo de medicamentos en los trastornos primarios de cefalea es un fenómeno mundial y tiene un papel en la cronificación de los trastornos de cefalea. La carga de la enfermedad para las personas y las sociedades es significativa debido a los elevados costes y las comorbilidades. En la Tercera Edición de la Clasificación Internacional de Cefaleas, la cefalea por abuso de medicación se reconoce como una entidad secundaria independiente junto a los trastornos de cefalea mayoritariamente primarios, aunque muchos clínicos consideran la enfermedad como una complicación exclusiva de los trastornos de cefalea primarios. En esta revisión, exploramos los antecedentes históricos de la cefalea por abuso de medicación, su epidemiología, fenomenología, fisiopatología y opciones de tratamiento. La revisión explora preguntas relevantes sin respuesta y resume los debates actuales sobre la cefalea por abuso de medicación.
ReferenciasDescargar referenciasAgradecimientosGracias a la Federación Europea de Cefaleas y al Departamento de Medicina Clínica y Molecular de la Universidad Sapienza de Roma por su apoyo a este trabajo.
Lista de medicamentos para el dolor de cabeza
El paciente es un hombre de 47 años que empezó a experimentar frecuentes cefaleas unos 6 años antes de acudir a una consulta de neurología. Las cefaleas evolucionaron rápidamente hasta hacerse diarias y casi constantes. Describió una sensación de presión sorda en ambas sienes que se presentaba al despertarse o a las pocas horas de hacerlo y que persistía durante el resto del día. Experimentaba un dolor más intenso, incapacitante y punzante en el mismo lugar una o dos veces por semana, con fotofobia y náuseas, que podía durar de 2 a 3 días. El paciente tomaba de 2 a 6 comprimidos analgésicos de venta libre al día, normalmente 200 mg de ibuprofeno. Éstos atenuaban el dolor, pero no lo eliminaban.
Seis meses después de la aparición de estos dolores de cabeza, la paciente acudió a un médico de atención primaria, que le diagnosticó hipertensión leve (tensión arterial, 140/102 mm Hg). Los resultados de un análisis de orina de 24 horas para catecolaminas y una resonancia magnética de la cabeza fueron normales. La paciente fue remitida a un neurólogo, que informó de que la exploración neurológica era normal y que el diagnóstico era cefalea tensional; ese médico le recetó amitriptilina, 10 mg hs. Sin embargo, la paciente dejó de tomar la medicación al cabo de unas semanas debido a los efectos secundarios. El médico de cabecera pensó que la hipertensión era la causa de las cefaleas, y le recetó 50 mg/día de atenolol. A pesar de este tratamiento, la paciente siguió padeciendo cefaleas diarias durante los cinco años y medio siguientes.
Medicamentos analgésicos
Los antidepresivos tricíclicos suelen utilizarse para tratar la depresión, pero en dosis bajas pueden aliviar algunos tipos de dolor crónico, como el nervioso. También se ha observado que mejoran el sueño y ayudan a relajarse.
La elección de la medicación analgésica puede depender de muchos factores, como el tipo, la gravedad y la causa del dolor, otros medicamentos que ya esté tomando, las alergias que padezca y otras afecciones que pueda tener.
El dolor agudo suele deberse a una intervención quirúrgica, una lesión o una infección, como una infección dental o una fractura ósea (rotura). Suele aparecer rápidamente, durar poco tiempo y desaparecer cuando se resuelve la causa subyacente. Por lo general, sólo es necesario administrar tratamientos durante un breve periodo de tiempo mientras se cura la lesión.
El dolor nervioso es un tipo de dolor crónico causado por una lesión de los nervios o del sistema nervioso. Entre los tipos de dolor nervioso se incluyen la ciática por prolapso discal, la lesión nerviosa tras una operación de columna, el dolor tras una infección como el herpes zóster, el dolor por diabetes, el dolor tras una amputación (dolor del miembro fantasma o dolor del muñón) y el dolor por esclerosis múltiple o ictus.