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Su médico diagnosticará un ictus basándose en sus síntomas, su historial médico, un examen físico y los resultados de las pruebas. Su médico querrá averiguar el tipo de ictus que ha tenido, su causa, la parte del cerebro afectada y si tiene hemorragias cerebrales. Si su médico cree que ha sufrido un accidente isquémico transitorio (AIT), buscará su causa para ayudarle a prevenir un futuro ictus.
Su médico le pedirá una prueba de imagen para ver los vasos sanguíneos del cerebro. Esto ayudará a determinar qué tipo de ictus tiene y dónde se ha producido exactamente. Cuanto antes se realicen estas pruebas, mejor podrá tratarle su médico. Las pruebas para diagnosticar un ictus son las siguientes:
Su médico le preguntará a usted o a un familiar sobre sus factores de riesgo de sufrir un ictus. Informe a su médico si usted o alguien de su familia ha sufrido un ictus. Su médico también le preguntará sobre sus signos y síntomas y cuándo comenzaron.
Su médico buscará signos de enfermedad de la arteria carótida, una causa frecuente de ictus isquémico. Le auscultará las arterias carótidas con un estetoscopio. Un sonido silbante denominado soplo puede indicar una alteración o reducción del flujo sanguíneo debido a la acumulación de placa en las arterias carótidas.
¿Cómo se detecta un AVC?
Un TAC cerebral puede mostrar si hay hemorragia en el cerebro o daño en las células cerebrales a causa de un ictus. La resonancia magnética (RM) utiliza imanes y ondas de radio para crear imágenes del cerebro. Para diagnosticar un ictus puede utilizarse una RM en lugar de un TAC o como complemento de éste.
Ante la sospecha de un AVC ¿Cuál es el protocolo de tratamiento inmediato?
Una inyección intravenosa de activador tisular del plasminógeno recombinante (TPA) -también llamado alteplasa (Activase) o tenecteplasa (TNKase)- es el tratamiento de referencia para el ictus isquémico. La inyección de TPA suele administrarse a través de una vena del brazo en las tres primeras horas.
¿Cuáles son los 4 signos de un ictus rápido?
Llame inmediatamente al 9-1-1 si aparece alguno de estos signos de ictus: Entumecimiento o debilidad en la cara, brazo o pierna; Confusión o problemas para hablar o entender el habla; Dificultad para ver en uno o ambos ojos; Dificultad para caminar, mareos o problemas de equilibrio; Dolor de cabeza intenso sin causa conocida.
Apoplejía cerebral – deutsch
Un ictus se produce cuando se interrumpe el flujo sanguíneo al cerebro. Cuando se produce un ictus, las células cerebrales de la zona inmediata empiezan a morir porque dejan de recibir el oxígeno y los nutrientes que necesitan para funcionar.
Un ictus puede producirse de dos maneras. En un ictus isquémico, un coágulo de sangre bloquea o tapona un vaso sanguíneo o una arteria del cerebro. Aproximadamente el 80% de los ictus son isquémicos. En un ictus hemorrágico, un vaso sanguíneo del cerebro se rompe y sangra. Alrededor del 20% de los ictus son hemorrágicos.
Como el ictus lesiona el cerebro, uno no es capaz de percibir correctamente sus propios problemas. Para un espectador, el paciente puede parecer inconsciente o confuso. La mejor oportunidad para la víctima es que alguien de su entorno reconozca el ictus y actúe con rapidez.
Los espectadores deben conocer los signos y actuar a tiempo. Si cree que alguien está sufriendo un ictus -si pierde la capacidad de hablar o de mover un brazo o una pierna de un lado, o experimenta parálisis facial en un lado- llame al 911 inmediatamente. El ictus es una urgencia médica. El tratamiento inmediato puede salvarle la vida y aumentar sus posibilidades de rehabilitación y recuperación.
Causas del ictus
Un ictus se produce cuando hay una pérdida de flujo sanguíneo a una parte del cerebro. Las células cerebrales no pueden obtener de la sangre el oxígeno y los nutrientes que necesitan, y empiezan a morir en pocos minutos. Esto puede causar daños cerebrales duraderos, discapacidad a largo plazo o incluso la muerte.
Otro trastorno similar al ictus es el accidente isquémico transitorio (AIT). A veces se le llama “mini-ictus”. Los AIT se producen cuando el riego sanguíneo del cerebro se bloquea durante un breve periodo de tiempo. El daño a las células cerebrales no es permanente, pero si ha sufrido un AIT, tiene un riesgo mucho mayor de sufrir un ictus.
Síntomas del ictus
Sufrir un ictus es tan grave como sufrir un infarto de miocardio. Por ello, es importante conocer los signos de ictus y actuar con rapidez si sospecha que usted o alguien que conoce está sufriendo uno. El ictus es la quinta causa de muerte en Estados Unidos y la primera de discapacidad grave en la edad adulta. El riesgo de ictus aumenta con la edad, pero los ictus pueden producirse -y se producen- a cualquier edad. La buena noticia es que la mayoría de los accidentes cerebrovasculares pueden prevenirse, y hay medidas que puede tomar para reducir las probabilidades de sufrirlos.
Un ictus se produce cuando hay un cambio en la circulación de la sangre por el cerebro. La sangre lleva oxígeno y nutrientes a las células cerebrales. Si la sangre no puede fluir a una parte del cerebro, las células que no reciben suficiente oxígeno sufren y acaban muriendo. Si las células cerebrales carecen de oxígeno durante poco tiempo, a veces pueden repararse a sí mismas. Sin embargo, una vez que las células cerebrales mueren, no pueden repararse. Aunque cada vez hay más pruebas de que, en algunos casos, las nuevas células cerebrales ayudan a sustituir a las perdidas, esto lleva tiempo y ocurre mucho más lentamente en los adultos mayores. Como consecuencia, una persona que ha sufrido un ictus puede tener problemas para hablar, pensar o caminar.