Disestesia deutsch

A veces se describe como una sensación de ácido bajo la piel. La disestesia quemante podría reflejar con exactitud un estado acidótico en las sinapsis y el espacio perineural. Algunos canales iónicos se abren a un pH bajo, y se ha demostrado que el canal iónico sensor de ácido se abre a la temperatura corporal, en un modelo de dolor por lesión nerviosa. También se ha implicado el disparo espontáneo e inapropiado de los receptores del dolor como causa de disestesia[cita requerida].

En general, la disestesia puede describirse como una clase de trastornos neurológicos. Puede clasificarse a su vez en función del lugar del cuerpo en el que se manifiesta y del tipo de sensación que provoca[cita requerida].

La disestesia cutánea se caracteriza por el malestar o el dolor que provoca el contacto de la piel con estímulos normales, incluida la ropa. El malestar puede ir desde un leve hormigueo hasta un dolor contundente e incapacitante[cita requerida].

La disestesia oclusal, o “mordida fantasma”, se caracteriza por la sensación de que la mordida está “fuera de lugar” (distopía oclusal) a pesar de cualquier daño o inestabilidad aparente en las estructuras o tejidos dentales u oromaxilofaciales. La mordida fantasma suele presentarse en pacientes que se han sometido a procedimientos dentales rutinarios. A falta de un asesoramiento compasivo, no se dispone de pruebas que demuestren la eficacia de los regímenes de tratamiento.

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Sensación de hormigas en la piel

No existen verdaderos sinónimos de disestesia, pero a veces puede resultar difícil decidir si se trata de una disestesia o de una parestesia. No obstante, la importante diferencia entre ambos términos implica que la disestesia siempre es desagradable, mientras que la parestesia se define como una sensación anormal que no es desagradable (Clasificación del dolor crónico 1994).

La disestesia suele estar presente en el dolor neuropático (Lindblom y Verrillo 1979; Eide et al. 1996; Nasreddine y Saver 1997), pero también puede darse en estados de dolor no neuropático (Aikins et al. 2003) y en la epilepsia (Duchowny 1993). Se desconocen en gran medida los mecanismos subyacentes a la disestesia. Dado que en este capítulo sólo se aborda la evaluación de la disestesia, no se profundiza en los posibles…

Hiperestesia

ShareSave ¿Qué es la disestesia? La disestesia es un dolor desencadenado por el sistema nervioso central y suele asociarse a la esclerosis múltiple. Provoca sensaciones de dolor cuando no hay ningún estímulo presente. Normalmente se siente en las piernas y los pies, pero puede afectar a cualquier parte del cuerpo. ¿Cómo se siente el dolor de la disestesia? El dolor de la disestesia se describe como quemazón, punzadas y dolor. El dolor de la disestesia puede empezar en las piernas o los pies y desplazarse a los brazos provocando una sensación de opresión alrededor del pecho conocida como el “abrazo de la EM”. El dolor de la disestesia puede ser agudo o crónico. El dolor agudo aparece de repente y desaparece en un momento dado. El dolor crónico también puede aparecer de repente, pero persiste durante un periodo prolongado. Una sensación puede cambiar rápidamente de normal a anormal. Por ejemplo, la sensación de la ropa contra la piel puede volverse muy dolorosa de repente.¿Cuáles son los síntomas?¿Qué complicaciones pueden producirse con la disestesia persistente?¿Le ha resultado útil?

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Calcificación tendinosa

Hiperalgesia

La disestesia del cuero cabelludo se caracteriza por la presencia de varios síntomas localizados o difusos, como quemazón, dolor, prurito o sensación de escozor, sin hallazgos objetivos en el examen físico del paciente que puedan explicar y vincular la sintomatología existente a alguna otra etiología. El objetivo de este estudio fue describir un caso de disestesia del cuero cabelludo, a partir de su investigación clínica y de laboratorio y de la conducta adoptada.

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Paciente del sexo masculino, 38 años de edad, derivado por primera vez al Servicio de Dermatología, con quejas de prurito en el cuero cabelludo desde hacía 5 años. En la consulta en el Servicio de Dolor, el paciente se quejó de sensaciones disestésicas diarias, intermitentes y quemantes, como hormigueo y prurito en la región biparieto-ccipital, empeorando con el calor y asociado a dolor intenso en la región cervical. En el examen físico, se constataron excoriaciones asociadas a este prurito. La paciente recibió tratamiento farmacológico conservador, con mejoría significativa de la sintomatología después de 3 meses.