Conciencia corporal

Se considera que el cerebro es el principal generador y regulador de las emociones; sin embargo, las señales aferentes que se originan en todo el cuerpo son detectadas por el sistema nervioso autónomo (SNA) y el tronco encefálico y, a su vez, pueden modular los procesos emocionales. Durante el estrés y los estados emocionales negativos, los niveles de coherencia cardiorrespiratoria (CRC) disminuyen y se produce un cambio hacia la dominancia simpática. Por el contrario, los niveles de CRC aumentan durante estados emocionales más positivos y se produce un cambio hacia la dominancia parasimpática. Los cambios dinámicos en la CRC que acompañan a las distintas emociones pueden aportar información sobre cómo la actividad del sistema límbico y la retroalimentación aferente se manifiestan como emociones. Los autores proponen que el tronco encefálico y el CRC participan en importantes mecanismos de retroalimentación que modulan las emociones y las áreas corticales superiores. Ese mecanismo puede ser uno de los muchos que subyacen a los cambios fisiológicos y neurológicos que se experimentan durante el pranayama y la meditación, y puede respaldar el uso de esas técnicas para tratar diversos trastornos del estado de ánimo y reducir el estrés.

¿La mente influye en el cuerpo o el cuerpo influye en la mente?

Tu cuerpo responde a tu forma de pensar, sentir y actuar. Éste es un tipo de “conexión mente/cuerpo”. Cuando estás estresado, ansioso o alterado, tu cuerpo reacciona físicamente. Por ejemplo, puede sufrir hipertensión o úlcera de estómago tras un acontecimiento especialmente estresante, como la muerte de un ser querido.

¿Qué es la conexión cuerpo-mente y cómo influye en el comportamiento?

La conexión mente-cuerpo funciona mediante el bucle de retroalimentación entre el cuerpo y la mente. Lo que sentimos influye en lo que pensamos y viceversa. La conexión mente-cuerpo es la comunicación entre tus pensamientos y tus sentimientos.

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¿Cuál es la conexión entre mente y cuerpo?

La conexión mente-cuerpo es el vínculo entre los pensamientos, actitudes y comportamientos de una persona y su salud física. Aunque los científicos saben desde hace tiempo que nuestras emociones pueden afectar a nuestro cuerpo, ahora estamos empezando a comprender cómo influyen las emociones en la salud y la longevidad.

Eres lo que piensas

Pero la mente alberga tu espíritu y tu motivación para funcionar. Hoy en día, tenemos pruebas de que la salud mental y física están tan relacionadas entre sí, que los estudios sobre la integración mente-cuerpo en psicología parecen especialmente importantes (Taylor, Goehler, Galper, Innes, Bourguignon, 2010).

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Existen diferentes enfoques para entender la integración cuerpo-mente. Algunos investigadores sostienen que la integración cuerpo-mente es crucial en el campo de la medicina, ya que los pacientes no sienten una división obvia entre sus cuerpos y sus mentes. Así, los médicos no deberían hacer diagnósticos que separen la mente del cuerpo (Davidsen et al., 2016).

“En la medicina mente-cuerpo, la mente y el cuerpo no se ven como entidades que funcionan por separado, sino como una unidad funcional. Se considera que la mente y las emociones influyen en el cuerpo, ya que el cuerpo, a su vez, influye en la mente y las emociones”

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¿Las emociones salen del corazón?

¿Qué hay en tu lista? Lo más probable es que hayas incluido cosas como feliz, triste, emocionado, enfadado, asustado, agradecido, orgulloso, asustado, confuso, estresado, relajado, asombrado. Ahora clasifica tu lista en dos categorías: emociones positivas y emociones negativas.

Sentir emociones positivas y negativas forma parte del ser humano. Podemos utilizar la palabra “negativo” para describir emociones más difíciles, pero eso no significa que sean malas o que no debamos sentirlas. Aun así, es probable que la mayoría de la gente prefiera sentir una emoción positiva que una negativa. Es probable que prefieras sentirte feliz en lugar de triste, o confiado en lugar de inseguro.

Las emociones negativas nos advierten de amenazas o retos que debemos afrontar. Por ejemplo, el miedo puede alertarnos de un posible peligro. Es una señal de que quizá necesitemos protegernos. Los sentimientos de enfado nos advierten de que alguien nos está pisando los talones, cruzando un límite o violando nuestra confianza. El enfado puede ser una señal de que quizá necesitemos actuar por nuestra cuenta.

Las emociones negativas centran nuestra atención. Nos ayudan a centrarnos en un problema para poder abordarlo. Pero un exceso de emociones negativas puede hacernos sentir abrumados, ansiosos, agotados o estresados. Cuando las emociones negativas están desequilibradas, los problemas pueden parecer demasiado grandes para manejarlos.

Problema cuerpo-mente

¿Es usted bailarín? Aunque algunos respondamos con un “¡No!” rotundo a esta pregunta, todos hemos sido bailarines en algún momento. De hecho, cuando eras un bebé de tres semanas, ya empezabas a sincronizar tus movimientos al ritmo de cualquier música que oías. Y aunque ahora te identifiques como un torpe con dos pies izquierdos, apuesto a que te cuesta quedarte completamente quieto cuando oyes tu melodía favorita.

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Bailar está en nuestros huesos, y es algo más que una forma divertida de entretenimiento, explican Julia F. Christensen y sus colegas en un artículo de 2017. El arte rupestre parece sugerir que los humanos ya bailaban hace 70.000 años, y cumple funciones importantes para nosotros.

La danza nos transporta a un estado de flujo en el que nos olvidamos de nuestros problemas, lo que es bueno para regular nuestros sistemas biológicos y nutrir nuestra salud a largo plazo. A un nivel más profundo, es una forma de entrar en contacto con nuestro cuerpo y nuestros sentimientos, lo que nos permite “probar” diferentes emociones y ver cómo nos sentimos.

Resulta que el baile es una combinación de varias actividades que son buenas para nosotros por derecho propio: hacer ejercicio, escuchar música y conectar con otras personas. Si las mezclamos en un solo paquete, obtenemos un comportamiento que tiene potentes beneficios para nuestra salud mental y física.