Osteopenia y osteoporosis

Si padece osteopenia, sus huesos no serán tan frágiles como en la osteoporosis. Sin embargo, es una señal de alerta temprana que le indica que debe tomar medidas para reducir el riesgo de desarrollar osteoporosis o fracturarse un hueso en el futuro.

Las mujeres son más propensas a tener una densidad ósea baja después de la menopausia. La hormona estrógeno ayuda a mantener los huesos fuertes. Cuando los niveles de estrógenos disminuyen tras la menopausia, los huesos pueden debilitarse. Las mujeres que tienen la menopausia antes de tiempo corren un riesgo mayor.

Si su médico considera que usted está en riesgo, es posible que le envíe a hacerse una densitometría ósea. Esta prueba mide el nivel de minerales en los huesos. Probablemente le harán exploraciones de las caderas y la columna vertebral.

Si se somete a una densitometría ósea, pregunte a su médico si puede optar a un descuento de Medicare. Puede serlo si tiene más de 70 años, si padece determinadas enfermedades o si ha sufrido una fractura por un accidente leve.

La osteopenia describe simplemente una densidad ósea baja tras una densitometría ósea (también conocida como prueba de densidad ósea). La osteopenia se basa en el resultado de esta densitometría y se sitúa entre la normalidad y la osteoporosis.

Osteosclerosis

Esta afección es esencialmente la forma preliminar de la osteoporosis e indica una baja densidad mineral ósea (DMO), es decir, la composición mineral ósea total de los huesos de una persona. Cuando hay osteopenia, el cuerpo absorbe materia ósea más rápido de lo que genera materia ósea nueva.

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La osteoporosis es esencialmente la forma progresiva de la osteopenia. La pérdida ósea y la degeneración ósea se producen a un ritmo mucho más rápido cuando hay osteoporosis, a diferencia de la osteopenia. Mientras que una persona es susceptible de romperse o fracturarse un hueso con osteopenia, corre un riesgo considerablemente mayor de lesionarse un hueso con osteoporosis.

Alrededor de 18 millones de estadounidenses padecen osteopenia, pero se calcula que más de 200 millones de personas tienen osteoporosis, ¡y muchas ni siquiera lo saben! (Tanto la osteopenia como la osteoporosis no muestran necesariamente síntomas hasta que sufren fracturas o roturas óseas. Más de la mitad de estas lesiones son indoloras y pasan desapercibidas).

Para determinar si la densidad ósea de una persona se encuentra dentro de un rango saludable, puede realizarse una prueba de densidad ósea. Esta prueba producirá una “puntuación T”, que identifica la desviación estándar, o diferencia, entre su masa ósea y la masa ósea de una persona sana.

Osteopenia que es

Como sugieren sus nombres, la osteopenia y la osteoporosis son enfermedades relacionadas. Ambas son distintos grados de pérdida ósea, medida por la densidad mineral ósea, un indicador de la fortaleza de un hueso y del riesgo de que se rompa. Si pensamos en la densidad mineral ósea como una pendiente, lo normal estaría en la parte superior y la osteoporosis en la inferior. La osteopenia, que afecta aproximadamente a la mitad de los estadounidenses mayores de 50 años, se situaría en algún punto intermedio.

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La principal forma de determinar la densidad ósea consiste en someterse a una prueba indolora y no invasiva denominada absorciometría de rayos X de energía dual (DXA) que mide el contenido mineral del hueso. Las mediciones, conocidas como puntuaciones T, determinan en qué categoría -osteopenia, osteoporosis o normal- se encuentra una persona (ver gráfico).

El riesgo de fractura aumenta a medida que disminuye la densidad mineral ósea. Un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association en 2001 indicaba que una mujer blanca de 50 años con una puntuación T de -1 tiene un 16% de probabilidades de fracturarse la cadera, un 27% con una puntuación de -2 y un 33% con una puntuación de -2,5.

Z-score osteoporosis

La osteopenia, conocida como “baja masa ósea” o “baja densidad ósea”, es una afección en la que la densidad mineral ósea es baja.[1] Debido a que sus huesos son más débiles, las personas con osteopenia pueden tener un mayor riesgo de fracturas, y algunas personas pueden llegar a desarrollar osteoporosis.[2] En 2010, 43 millones de adultos mayores en EE.UU. tenían osteopenia.[3] A diferencia de la osteoporosis, la osteopenia no suele causar síntomas, y la pérdida de densidad ósea en sí misma no causa dolor.

No existe una causa única de osteopenia, aunque sí varios factores de riesgo, tanto modificables (conductuales, como la dieta y el consumo de ciertos fármacos) como no modificables (por ejemplo, la pérdida de masa ósea con la edad). Para las personas con factores de riesgo, el cribado mediante un escáner DXA puede ayudar a detectar el desarrollo y la progresión de la baja densidad ósea. La prevención de la baja densidad ósea puede comenzar en etapas tempranas de la vida e incluye una dieta sana y ejercicio con pesas, así como evitar el tabaco y el alcohol. El tratamiento de la osteopenia es controvertido: el tratamiento no farmacéutico consiste en preservar la masa ósea existente mediante conductas saludables (modificación de la dieta, ejercicio con pesas, evitar o dejar de fumar o consumir alcohol en exceso). El tratamiento farmacológico de la osteopenia, incluidos los bifosfonatos y otros medicamentos, puede considerarse en determinados casos, pero no está exento de riesgos. En general, las decisiones sobre el tratamiento deben basarse en el conjunto de factores de riesgo de fractura de cada paciente.

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