Pautas nutricionales para la menopausia

Durante la perimenopausia su cuerpo puede cambiar de diferentes maneras. A medida que disminuyen los niveles de estrógeno, sus periodos pueden volverse irregulares y/o abundantes y puede perder su fertilidad. Puede notar otros cambios físicos, como un aumento de la tensión arterial, cambios en los niveles de colesterol (lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiacas) y pérdida de calcio de los huesos (lo que aumenta el riesgo de osteoporosis). Otros síntomas de la perimenopausia pueden ser aumento de peso, sofocos, sudores nocturnos, irritabilidad, falta de concentración, dolores de cabeza más frecuentes y dolores articulares. Estos síntomas se deben principalmente al descenso de los niveles de estrógenos, y pueden durar sólo unos meses o varios años. Los síntomas y su gravedad varían de una mujer a otra.

Una serie de cambios en el estilo de vida puede hacer que los síntomas sean más tolerables. Muchas mujeres pueden recurrir a la terapia hormonal sustitutiva (THS) para controlar estos síntomas, pero algunas no pueden tomarla debido a otros problemas de salud, mientras que otras deciden no hacerlo. La decisión de seguir o no un tratamiento hormonal sustitutivo debe consultarse con el médico. Para todas las mujeres, los cambios en la dieta y el estilo de vida pueden ayudar a aliviar los síntomas. Esto puede incluir la toma de suplementos dietéticos.

¿Cómo afecta la nutrición a la menopausia?

En un estudio de intervención de un año en más de 17.000 mujeres menopáusicas, las que comían más verduras, fruta, fibra y soja experimentaron una reducción del 19% de los sofocos en comparación con el grupo de control. La reducción se atribuyó a la dieta más sana y a la pérdida de peso ( 20 ).

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¿Qué nutrientes son importantes durante la menopausia?

Debido a los cambios que experimenta su organismo durante la menopausia, deberá centrarse en algunas necesidades nutricionales específicas; por ejemplo, un aporte extra de calcio y vitamina D para la salud ósea y vitaminas del grupo B para el sistema inmunitario, entre otras.

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En concreto, descubrieron que las mujeres que comían regularmente raciones de pasta refinada y arroz experimentaban el cambio antes, mientras que las mujeres cuyas dietas se centraban más en el pescado, las alubias y otras legumbres iniciaban la menopausia a una edad más tardía.

Curso de nutrición para la menopausia

Las mujeres que atraviesan la menopausia pueden preocuparse por cosas como los sofocos, los problemas para dormir y la sequedad vaginal. Pero puede que no estén pensando en sus cambiantes necesidades nutricionales. La dieta de una mujer desempeña un papel importante en su salud y bienestar durante este periodo y después.

es una parte normal del ciclo vital de la mujer. Es la pérdida de la menstruación y el fin de la maternidad. La mayoría de las mujeres llegan a ella entre los 40 y los 50 años. Algunas lo alcanzan antes debido a sus genes, problemas de salud, cirugía u otras razones. Cuando esto ocurre, el cuerpo produce menos estrógeno. Esto tiene un gran impacto en su salud y nutrición.

La pérdida de masa ósea es habitual a medida que envejecemos. La disminución de los niveles de estrógeno puede hacer que las mujeres pierdan hueso más rápidamente. Esto puede provocar osteoporosis, que debilita los huesos. Los ejercicios con pesas y el calcio pueden ayudar a reducir el riesgo. Las mujeres de 50 años o más deben tomar 1.200 mg al día.

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Necesitará vitamina D (600 unidades al día) para ayudar a su organismo a absorber el calcio. Su cuerpo produce algo de vitamina D cuando se expone a la luz solar. Esta vitamina también se encuentra en algunos alimentos, como la leche enriquecida, el hígado y el atún.

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Mantener la salud ósea en la vejez es un problema/desafío de salud pública, especialmente para poblaciones de riesgo como las mujeres posmenopáusicas. Numerosos estudios de investigación han puesto de manifiesto la relación entre los factores dietéticos y su efecto sobre la salud ósea (1-3). El consumo de una gran cantidad de frutas y verduras (1), leche, productos lácteos y té verde (4), así como una dieta de estilo mediterráneo (5), se ha asociado a un menor riesgo de osteoporosis. Asimismo, el consumo de una dieta vegetal baja en grasas se ha relacionado con la pérdida de peso (6), mientras que las dietas basadas en la carne se relacionaron con una mayor presión arterial (7).

El riesgo aumenta en las mujeres posmenopáusicas con deficiencia de estrógenos, relacionada tanto con las fases tempranas como tardías de la osteoporosis (8). Un mecanismo modificable para reducir el efecto de la menopausia en las mujeres mayores es el consumo de un patrón dietético rico en nutrientes. Se ha documentado que los patrones dietéticos ricos en nutrientes como el calcio, el fósforo, las proteínas y la vitamina D tienen un papel beneficioso para la masa ósea (9).

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Para llevar: La soja es un alimento único ampliamente estudiado por sus efectos estrogénicos y antiestrogénicos en el organismo. Puede parecer que los estudios presentan conclusiones contradictorias sobre la soja, pero esto se debe en gran parte a la gran variación en la forma de estudiar la soja. Los resultados de recientes estudios de población sugieren que la soja tiene un efecto beneficioso o neutro sobre diversas condiciones de salud. La soja es una fuente de proteínas rica en nutrientes que puede consumirse con seguridad varias veces a la semana, y probablemente más a menudo, y es probable que aporte beneficios para la salud, especialmente cuando se consume como alternativa a la carne roja y procesada.

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Tanto si se trata de un artículo de prensa popular como de un estudio clínico bien diseñado, sigue habiendo cierto debate sobre la soja. Como especie de la familia de las leguminosas, los científicos especializados en nutrición suelen etiquetar la soja como un alimento con potencial para aportar importantes beneficios para la salud. Sin embargo, debido a investigaciones contrarias que sugieren posibles efectos negativos de la soja en determinadas situaciones, se ha dudado en promover la soja de todo corazón.