Síndrome cuboide

El cuboides se encuentra en la cara externa del pie y es uno de los siete huesos del pie. Tiene forma de cubo y está situado detrás del 5º metatarsiano y delante del calcáneo. El hueso cuboides desempeña un papel importante en la dorsiflexión y plantarflexión del pie, al tiempo que interviene en los momentos de pronación de la articulación calcaneocuboidea.

Se trata de una lesión por aplastamiento del cuboides que puede ir acompañada de una alteración de la articulación media del tarso y de la columna lateral y medial. A veces se tratan de forma conservadora, pero principalmente mediante cirugía.

Las fracturas del cuboides se presentan con síntomas de dolor en la parte externa del pie, justo por encima del 5º metatarsiano. Hay dolor al caminar de puntillas, correr o saltar, que puede ser agudo y de aparición inmediata. No suele haber hinchazón ni hematomas visibles en la zona.

En caso de sospecha de fractura del cuboides, en primer lugar se realiza una radiografía convencional. Sin embargo, la sensibilidad de estas radiografías es de sólo el 35% en las primeras fases de la lesión, y del 70% si se realizan dos o tres semanas después de la lesión. A menudo se utiliza una resonancia magnética para confirmar el diagnóstico. Si una radiografía o una resonancia magnética indican una fractura del cuboides, puede ser necesaria una tomografía computarizada para establecer la gravedad y la clasificación de la fractura.

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Fractura del hueso cuboides

El hueso cuboides está situado en la parte externa del pie, uniéndose en su parte anterior con el cuarto y quinto metatarsianos (huesos largos del pie) y en su parte posterior, con el hueso del talón (calcáneo). Está sujeto por ligamentos y una cápsula articular. Los daños en estos tejidos pueden hacer que el cuboides se mueva de su sitio, provocando síntomas dolorosos en la parte externa del tobillo.

Las dos causas principales del síndrome del cuboides son las lesiones y el uso excesivo. La pronación, o pie plano, ha demostrado estar presente en la mayoría de las personas afectadas por el síndrome del cuboides, con otros factores de riesgo como un calzado inadecuado, antecedentes de lesiones previas, correr sobre superficies irregulares y la obesidad.

Las lesiones que hacen que el pie se tuerza hacia dentro mientras empuja el cuboides hacia fuera pueden dislocar el hueso cuboides y causar el síndrome cuboideo. Esto suele ocurrir en un esguince de tobillo por inversión, en el que los ligamentos externos (laterales) pueden estirarse en exceso y dejar de sujetar eficazmente el cuboides en su sitio. Otras lesiones pueden ser las caídas y los pasos en falso.

Función del hueso cuboides

El hueso cuboides es el más lateral de los huesos de la fila distal del tarso. Tiene forma aproximadamente cúbica y presenta una prominencia en su superficie inferior (o plantar), la tuberosidad del cuboides. El hueso proporciona un surco por donde pasa el tendón del músculo peroneo largo para alcanzar su inserción en los huesos primer metatarsiano y cuneiforme medial[1].

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La superficie plantar presenta por delante un surco profundo, el surco peroneo, que discurre oblicuamente hacia delante y medialmente; en él se aloja el tendón del peroneo largo, y está limitado por detrás por una cresta prominente, a la que se une el ligamento plantar largo.

La cresta termina lateralmente en una eminencia, la tuberosidad, cuya superficie presenta una faceta ovalada; sobre esta faceta se desliza el hueso sesamoideo o cartílago que se encuentra frecuentemente en el tendón del peroneo largo. La superficie ósea detrás del surco es rugosa, para la fijación del ligamento calcaneocuboideo plantar, algunas fibras del flexor hallucis brevis y un fascículo del tendón del tibial posterior.

Hueso sesamoideo

El cuboides es un hueso en forma de cubo que se encuentra en la parte exterior del pie, delante del talón. El cuboides sirve como punto de unión para el músculo y funciona como una polea que ayuda a dirigir el pie hacia abajo. También contribuye a la movilidad de la columna lateral (externa) del pie.

Aunque las fracturas del cuboides son poco comunes, pueden producirse con poca frecuencia en circunstancias específicas. Además, cuando se produce una subluxación (dislocación parcial) en la articulación entre el talón y el cuboides, puede producirse una afección poco frecuente pero dolorosa denominada síndrome del cuboides.

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El pie humano es una estructura intrincada que contiene 26 huesos y 33 articulaciones individuales. También contiene más de 100 músculos (tejidos que tiran de las articulaciones para que uno pueda moverse), ligamentos (bandas de tejidos que conectan hueso con hueso) y tendones (bandas que conectan músculo con hueso).

Las superficies plantar y lateral del hueso también contienen un surco importante llamado surco peroneo. Proporciona una vía ósea para que el tendón del peroneo largo llegue a los puntos de inserción. Estos puntos se encuentran en el primer metatarsiano y el cuneiforme medial, detrás de los huesos del dedo gordo.