Clasificación radiológica de la condromalacia rotuliana
Antecedentes El dolor de rodilla es un síntoma frecuente en la comunidad. Existe una amplia gama de afecciones que pueden causar dolor. Identificar el tipo y la gravedad de la afección es importante para un tratamiento eficaz. Existen varias directrices para el diagnóstico por imagen adecuado de los pacientes que presentan dolor de rodilla. La presentación suele dividirse en un grupo postraumático y otro sin traumatismo conocido (incluida la artritis).
Discusión La evaluación inicial suele realizarse en la práctica general para determinar qué pacientes requieren ser remitidos a especialistas y cuáles pueden ser atendidos en la comunidad. La mayoría de los casos presentados en este artículo son pacientes remitidos desde atención primaria a una consulta de radiología metropolitana durante un periodo de seis meses, y representan ejemplos de algunas de las patologías más frecuentes.
El dolor de rodilla afecta al 25% de los adultos, y su prevalencia ha aumentado un 65% en los últimos 20 años.1 Muchos pacientes con dolor tienen antecedentes de traumatismo. En los pacientes de edad avanzada, la patología aguda suele superponerse a la degeneración crónica/osteoartritis.
¿La condromalacia rotuliana aparece en las radiografías?
Las radiografías no suelen mostrar los daños causados por la condromalacia, aunque la resonancia magnética (RM) sí puede hacerlo.
¿Qué diagnóstico por imagen para la condromalacia rotuliana?
La RM es la modalidad de elección para evaluar el cartílago rotuliano.
¿Aparece la condromalacia rotuliana en una resonancia magnética?
La resonancia magnética puede considerarse una herramienta de diagnóstico precisa para identificar los casos más graves de condromalacia rotuliana.
Clasificación de la condromalacia rotuliana
Autor correspondiente: Dr. Sang Hoon Lee, Departamento de Radiología e Instituto de Investigación Radiológica, Facultad de Medicina de la Universidad de Ulsan, Centro Médico Asan, 86 Asanbyeongwon-gil, Songpa-gu, Seúl 138-736, Corea. Tel: (822) 3010-3983, Fax: (822) 476-4719, Correo electrónico: shlee@amc.seoul.kr
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Hemos querido comparar la bidimensional (2D) eco de espín rápido (FSE) técnicas y la tridimensional (3D) eco de campo rápido técnicas para la evaluación de la condromalacia rotuliana utilizando una bobina de microscopía.
En este estudio se incluyeron 25 pacientes sometidos a artroplastia total de rodilla. La evaluación preoperatoria por RM de la rótula se realizó utilizando una bobina de microscopía (47 mm). Las imágenes de eco de espín rápido ponderadas por densidad de protones (PD), las imágenes de PD con supresión de grasa (FS-PD), las imágenes de eco de espín rápido con supresión de grasa y ponderación intermedia (iw-FS-FSE), las imágenes de eco de campo rápido equilibrado 3D (B-FFE), la exploración 3D de cartílago selectiva de agua (WATS-c) y la exploración 3D de fluido selectiva de agua (WATS-f) se obtuvieron en un escáner de IRM de 1,5T. El cartílago rotuliano se evaluó en nueve zonas: las porciones superior, media e inferior, que se subdividieron en las facetas medial, central y lateral en un total de 215 zonas. Empleando el sistema de clasificación de Noyes, se compararon las lesiones de grado 0-I, II y III de la IRM utilizando los hallazgos macroscópicos y microscópicos. Se evaluaron la sensibilidad, la especificidad y la precisión de cada secuencia. La importancia de las diferencias entre las distintas secuencias se calculó mediante la prueba de McNemar.
Condromalacia rotuliana mri grading
Este estudio diagnóstico se realizó para determinar la correlación entre el dolor anterior de rodilla y la condromalacia rotuliana y definir la fiabilidad de la resonancia magnética para el diagnóstico de la condromalacia rotuliana.
A 56 adultos jóvenes (edad media, 19,5 años) con dolor anterior de rodilla se les realizó una resonancia magnética de rodilla seguida de artroscopia. Las lesiones condrales rotulianas identificadas mediante resonancia magnética se compararon con los hallazgos artroscópicos.
La condromalacia rotuliana no puede diagnosticarse a partir de los síntomas ni con los métodos actuales de exploración física. El presente estudio no demostró correlación alguna entre la gravedad de la condromalacia rotuliana y los síntomas clínicos del síndrome de dolor anterior de rodilla. Por lo tanto, los síntomas del síndrome de dolor anterior de rodilla no deben utilizarse como indicación para la artroscopia de rodilla. La sensibilidad de la resonancia magnética de 1,0 T fue baja para las lesiones de grado I, pero considerablemente mayor para las lesiones más graves (grado II, III o IV). La resonancia magnética puede considerarse una herramienta diagnóstica precisa para identificar los casos más graves de condromalacia rotuliana.
Condromalacia radiografía vs normal
Las imágenes axiales MPGR (Fig. 12A) y axiales de densidad protónica (Fig. 12B) de la rodilla revelan un aumento focal de la intensidad de la señal y un defecto en el cartílago articular lateral de la rótula con cambios óseos subyacentes, incluyendo erosión y esclerosis.
El reblandecimiento o desgaste del cartílago articular rotuliano (condromalacia rotuliana) provoca diversos grados de inflamación y dolor. El hueso subyacente se ve afectado cuando se destruye todo el grosor del cartílago articular. La gravedad se clasifica en una escala de 1 a 4.
La rótula sirve principalmente para aumentar el efecto de palanca y, por tanto, la eficacia del músculo cuádriceps. A lo largo de toda la amplitud de movimiento de la rodilla se ejercen fuerzas retropatelares considerables. De este modo, el cartílago articular se comprime contra los cóndilos femorales, lo que se agrava en caso de traumatismo agudo o sobrecarga crónica.
El cartílago articular de la rótula está formado por fibras de colágeno orientadas tangencialmente desde la superficie articular hasta el hueso subcondral; estas fibras se rompen en diversos grados como consecuencia de las fuerzas de compresión aplicadas. La mayoría de los cambios resultantes se producen en el reborde medio de la rótula, donde el cartílago es más grueso. Se producen microfracturas asociadas y esclerosis del hueso subcondral.