Síntomas de la espondilitis
La espondilitis anquilosante (EA) es un tipo de artritis que afecta principalmente a la espalda, causando inflamación en la columna vertebral. Puede provocar rigidez y dolor en la espalda, la caja torácica y el cuello.
En raras ocasiones, algunos huesos de la columna pueden unirse o fusionarse debido al exceso de calcio. En casos graves, esto puede hacer que la columna se curve más hacia delante. Puede reducir el riesgo de que esto ocurra:
Aún no sabemos qué causa la espondilitis anquilosante. Hasta cierto punto está relacionada con los genes, pero no se transmite directamente de padres a hijos. No puede contagiársela nadie.
También puedes tener dolor de cuello, hombros, caderas o muslos, que empeora cuando no has estado activo durante un tiempo, por ejemplo, si pasas mucho tiempo sentado trabajando en un escritorio. Algunas personas tienen dolor, rigidez e hinchazón en las rodillas o los tobillos.
Si uno o ambos ojos le duelen o están enrojecidos, o si tiene cambios en la visión como pérdida parcial de visión, visión borrosa, moscas volantes o sensibilidad a la luz, es muy importante que busque ayuda médica lo antes posible. Lo mejor es acudir a un servicio de urgencias oftalmológicas. Tu óptico te dirá dónde está el más cercano. También puedes acudir a la consulta de tu médico de cabecera o a un servicio de urgencias. El tratamiento suele consistir en colirios de corticoides, que suelen ser muy eficaces.
¿Cuál es la causa principal de la espondilitis anquilosante?
La espondilitis anquilosante no tiene una causa específica conocida, aunque parece haber factores genéticos implicados. En concreto, las personas que tienen un gen denominado HLA-B27 tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar espondilitis anquilosante. Sin embargo, sólo algunas personas con este gen desarrollan la enfermedad.
¿Es la espondilitis anquilosante una enfermedad grave?
Complicaciones de la espondilitis anquilosante
Algunas personas con espondilitis anquilosante pueden seguir siendo totalmente independientes o tener una discapacidad mínima a largo plazo. Sin embargo, algunas personas acaban sufriendo una discapacidad grave como consecuencia de la fusión de los huesos de la columna vertebral en una posición fija y de daños en otras articulaciones, como las caderas o las rodillas.
¿Cuáles son las 4 zonas del cuerpo afectadas por la espondilitis anquilosante?
La espondilitis anquilosante puede afectar no sólo a la columna vertebral. La enfermedad puede inflamar las articulaciones de la pelvis, los hombros, las caderas y las rodillas, y entre la columna vertebral y las costillas. Las personas con EA son más propensas a las fracturas de columna (vértebras rotas).
Lista de comprobación de los síntomas de la espondilitis anquilosante
Aún no se conocen las causas de la espondilitis anquilosante. Sin embargo, los médicos creen que la genética puede desempeñar un papel, porque la espondilitis anquilosante tiende a ser hereditaria. Además, la mayoría de las personas con espondilitis anquilosante comparten el mismo gen (denominado HLA-B27).
El objetivo del tratamiento es reducir el dolor y la rigidez, y prevenir o retrasar la deformidad de la columna vertebral u otras complicaciones. Si tiene espondilitis anquilosante, su médico puede sugerirle que pruebe la fisioterapia, que incluye distintos tipos de ejercicio para fortalecer la espalda, fomentar el movimiento de la columna y reducir el dolor.
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Complicaciones de la espondilitis anquilosante
Los médicos del Stanford Medicine Spine Center tienen la experiencia necesaria para diagnosticar con precisión y tratar con eficacia la espondilitis anquilosante.
Ayudamos a aliviar los síntomas, que pueden incluir dolor y rigidez en el cuello, los hombros, la espalda, las nalgas, el pecho y otras zonas del cuerpo. También ayudamos a tratar las complicaciones de la EA, como la fatiga, la anemia y la uveítis (inflamación del ojo).
Los miembros del equipo del Stanford Medicine Spine Center utilizan las técnicas más avanzadas para tratar eficazmente la EA. Tenemos experiencia con todos los enfoques de tratamiento y utilizamos técnicas mínimamente invasivas siempre que es posible.
Nuestro equipo incluye médicos de ortopedia, neurología, reumatología, fisiatría y otras especialidades, que trabajan juntos para ayudar a garantizar que usted reciba un diagnóstico preciso y el tratamiento más eficaz posible.
En la EA realizamos cirugía de la columna vertebral, pero sólo cuando es absolutamente necesario. Por ejemplo, si hay aflojamiento de vértebras en el cuello y signos de presión vertebral, como entumecimiento de las manos, podemos recomendar la fusión permanente de las dos vértebras.
Espondilitis anquilosante deutsch
Las articulaciones sacroilíacas suelen verse afectadas en la espondilitis anquilosante. Estas articulaciones conectan la base de la columna vertebral (sacro) con la pelvis. También pueden verse afectadas otras articulaciones como las caderas y los hombros, así como los ojos, la piel, el intestino y los pulmones.
La EA es una enfermedad autoinmune. Eso significa que se produce como resultado de un sistema inmunitario defectuoso. En lugar de identificar cuerpos extraños (bacterias, virus, etc.) y atacarlos para mantener la salud, el sistema inmunitario ataca por error el tejido sano de las articulaciones y sus alrededores, provocando inflamación y dolor continuos.
La mayoría de las personas con EA tienen el gen llamado HLA-B27, sin embargo este gen también puede encontrarse en personas que no tienen EA. Dado que la presencia de este gen no conduce automáticamente al desarrollo de la EA, se cree que hay otros factores implicados.
El diagnóstico precoz es importante para poder iniciar el tratamiento lo antes posible. Para que te diagnostiquen espondilitis anquilosante, además de otros criterios clínicos, debe haber indicios de alteraciones en las articulaciones sacroilíacas.