Ejercicio físico regular y práctica de yoga para
El ejercicio físico tiene numerosos efectos en el cuerpo humano, incluido el sistema inmunitario. Después de un ejercicio extenuante, los atletas pasan por un periodo de resistencia inmunitaria disminuida. Durante este periodo, los atletas son teóricamente más susceptibles a las infecciones del tracto respiratorio superior, aunque nunca se ha demostrado una relación causal. El ejercicio moderado parece tener un efecto beneficioso sobre la función inmunitaria, que podría proteger contra las infecciones de las vías respiratorias superiores. El ejercicio tiene efectos tanto en el sistema inmunitario humoral como en el celular. Los productos dopantes, excepto los glucocorticoides, sólo tienen efectos modestos sobre el sistema inmunitario, aunque la eritropoyetina puede, en raras ocasiones, causar efectos secundarios graves. La glutamina y la vitamina C podrían, hipotéticamente, prevenir los efectos negativos del ejercicio extenuante sobre la función inmunitaria, pero se necesitan más estudios para demostrar y explicar estos efectos.
¿Ayuda el ejercicio físico al sistema inmunitario?
El ejercicio no sólo hace que las células inmunitarias se muevan por todo el cuerpo durante la actividad, sino que también promueve una presencia duradera de estas células inmunitarias hasta tres horas después de terminar el ejercicio. Esto proporciona tiempo extra para que las células inmunitarias identifiquen a los intrusos no deseados y eviten que enfermes.
¿Cómo regula el ejercicio el sistema inmunitario?
El ejercicio modifica la regulación inmunitaria al afectar a los leucocitos, los glóbulos rojos, las citoquinas, etc. El ejercicio regular podría reducir el riesgo de enfermedades crónicas metabólicas y cardiorrespiratorias, en parte por los efectos antiinflamatorios del ejercicio.
¿La falta de ejercicio debilita el sistema inmunitario?
La función inmunitaria se ve influida por la composición genética del individuo, así como por otros factores externos como el estrés, la mala alimentación, la falta de sueño, el proceso normal de envejecimiento, la falta de ejercicio o el sobreentrenamiento. Estos factores pueden suprimir el sistema inmunitario, haciendo a la persona más vulnerable a las infecciones.
15. respuestas del sistema inmunitario al ejercicio
Se ha demostrado que el ejercicio tiene muchos beneficios para la salud, desde la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares hasta la mejora del estado de ánimo, e incluso un sistema inmunitario más fuerte. Esto es lo que hay que saber y cómo hacer ejercicio de forma segura durante la pandemia de coronavirus.
Cómo hacer ejercicio de forma segura durante la pandemia de coronavirusSegún las directrices de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), los adultos sanos deben procurar hacer al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana, lo que puede incluir actividades como caminar, yoga o jardinería. Pero incluso pequeñas cantidades de ejercicio pueden ayudar a reforzar el sistema inmunitario. “Tan sólo 10 minutos adicionales de caminata al día o 1.000 pasos pueden tener un gran impacto”, afirma Marvasti. Hacer ejercicio durante la pandemia puede ser complicado con las órdenes de quedarse en casa y los gimnasios cerrados. Y Scott dice que lo más importante es que sigas las pautas de distanciamiento social: el ejercicio puede ayudar a reforzar tu inmunidad y tu respuesta, pero no evitará totalmente que enfermes si te expones directamente a los gérmenes. Scott también hace hincapié en que hay un montón de ejercicios dignos que puede hacer en el interior y en casa, incluyendo:Muchos estados están permitiendo a los residentes a salir a la calle para hacer ejercicio. Sólo recuerde, si hace ejercicio al aire libre, asegúrese de dejar al menos dos metros de espacio entre usted y cualquier otra persona. Además, tener un compañero de responsabilidad puede ayudarle a hacer ejercicio más a menudo, y todavía es posible tener un compañero de entrenamiento en estos días. “Llama a un amigo y salid a dar un paseo mientras los dos habláis por los auriculares o mirad virtualmente el mismo vídeo juntos y haced los ejercicios”, dice Marvasti. “Sé creativo y diviértete”. Historias relacionadas con el ejercicio:
Función inmunitaria: ejercicio y dieta
A continuación, los patógenos (junto con los antígenos, que son moléculas que se encuentran en la superficie de los patógenos) son descompuestos por nuestras células y presentados a nuestros linfocitos B y T, lo que desencadena la respuesta inmunitaria adaptativa.
“Las células presentadoras de antígenos reúnen y descomponen los patógenos en antígenos y los presentan al sistema inmunitario”, explica Fuller. “Activan las células B para que produzcan anticuerpos que pueden bloquear una infección y reducir su replicación en nuestro organismo. También pueden desencadenar células T asesinas capaces de encontrar y eliminar las células infectadas de nuestro organismo.”
Una vez que el organismo resuelve una infección, un subconjunto de las células B y T, denominadas células de memoria, permanece en el cuerpo. Si en el futuro nos exponemos al mismo agente patógeno, estas células de memoria pueden activarse rápidamente y acabar con la infección antes de que enferme.
En otras palabras, la actividad física ayuda al organismo a desencadenar la respuesta inmunitaria adecuada para acabar eficazmente con la infección, en lugar de una respuesta inmunitaria hiperreactiva, que puede provocar inflamación.
REFUERZA TU SISTEMA INMUNITARIO CON UNA ACTIVIDAD FÍSICA
El ejercicio físico es considerado el principal aliado para la promoción de la salud, previniendo y protegiendo al organismo de diversas enfermedades (Garber et al., 2011). Según la Organización Mundial de la Salud (2018), existe una tendencia de crecimiento constante de la población de edad avanzada en el próximo año. Además, está bien establecido que la práctica de ejercicio físico es esencial para el bienestar en la población anciana (Fletcher et al., 2018; Lavie et al., 2019; Sant’Ana et al., 2020).
Los principales cambios cardiovasculares asociados al envejecimiento se producen en el miocardio, en el nodo sinoauricular y en las válvulas cardíacas y vasos sanguíneos, caracterizándose por cambios tanto anatómicos como funcionales (Affiune, 2002; Liberman, 2005).
El aparato respiratorio sufre una serie de cambios morfológicos y fisiológicos, como la acentuación de la cifosis dorsal, el aumento del diámetro anteroposterior del tórax, la disminución de la movilidad de la pared y la atrofia de los músculos respiratorios (Powers y Howley, 2015). Hay una pérdida progresiva de la función pulmonar (Ruivo et al., 2009), que se relaciona con la pérdida de masa muscular manifestada sistémicamente, así como del sistema respiratorio, que ocurre asociada a una disminución de la movilidad y de la compliance torácica, con eficiencia y función pulmonar (Salicio y Botelho, 2018).