¿Cómo funciona el menisco?
ResumenLos meniscos de la rodilla se lesionan con frecuencia y no cicatrizan bien debido a su mínima vascularidad y a su entorno de carga severa. Además, la extirpación de los meniscos es perjudicial para la salud a largo plazo de la articulación de la rodilla. El objetivo de este trabajo era aplicar un enfoque integrado para comprender mejor la función de los meniscos en relación con su estructura y composición. Este enfoque incluía análisis mecánicos, estructurales y bioquímicos de los meniscos utilizando un modelo bovino.
Una evaluación exhaustiva de la bibliografía pertinente llevó a la conclusión de que los meniscos no actúan como amortiguadores en la rodilla, como se creía anteriormente. Para sondear las relaciones entre la osmolaridad y las propiedades de los materiales, se comprobó experimentalmente que las muestras de menisco se hinchan considerablemente en condiciones isoosmóticas. Este hinchamiento provoca una gran alteración de las propiedades mecánicas de dichas muestras. El hinchamiento independiente de la osmolaridad indica que los meniscos son una estructura pretensada.
Síntomas del menisco
La rodilla es una articulación compleja formada por diferentes estructuras, como huesos, tendones, ligamentos y músculos. Todas ellas trabajan conjuntamente para mantener una función normal y proporcionar estabilidad a la rodilla durante el movimiento.
Tener una rodilla sana y que funcione bien es esencial para nuestra movilidad y capacidad de participar en diversas actividades. Comprender la anatomía de la rodilla mejora su capacidad para discutir y elegir con su médico el procedimiento de tratamiento adecuado para los problemas de rodilla.
La rodilla es una articulación en bisagra formada por dos huesos, el fémur y la tibia. En el extremo del fémur hay dos protuberancias redondas llamadas cóndilos femorales que se articulan con la superficie plana de la tibia llamada meseta tibial. La meseta tibial en la parte interna de la pierna se denomina meseta tibial medial, y en la parte externa de la pierna se denomina meseta tibial lateral.
Los dos cóndilos femorales forman un surco en la parte delantera (anterior) de la rodilla llamado surco patelofemoral. Un pequeño hueso llamado rótula se asienta en este surco y forma la rótula. Actúa como un escudo y protege la articulación de la rodilla de los traumatismos directos.
Irrigación sanguínea del menisco lateral
Un menisco es una estructura anatómica fibrocartilaginosa en forma de media luna que, a diferencia de un disco articular, sólo divide parcialmente una cavidad articular[1]. En los seres humanos están presentes en las articulaciones de la rodilla, la muñeca, la acromioclavicular, la esternoclavicular y la temporomandibular;[2] en otros animales pueden estar presentes en otras articulaciones.
Generalmente, el término “menisco” se utiliza para referirse al cartílago de la rodilla, ya sea al menisco lateral o al medial. Ambos son tejidos cartilaginosos que proporcionan integridad estructural a la rodilla cuando ésta sufre tensión y torsión. Los meniscos también se conocen como cartílagos “semilunares”, en referencia a su forma de media luna, de media luna.
Los meniscos de la rodilla son dos almohadillas de tejido fibrocartilaginoso que sirven para dispersar la fricción en la articulación de la rodilla entre la parte inferior de la pierna (tibia) y el muslo (fémur). Son cóncavas en la parte superior y planas en la inferior, articulándose con la tibia. Están unidos a las pequeñas depresiones (fosas) entre los cóndilos de la tibia (fosa intercondílea), y hacia el centro están desunidos y su forma se estrecha hasta convertirse en una delgada repisa[4] El flujo sanguíneo del menisco va de la periferia (exterior) al menisco central. El flujo sanguíneo disminuye con la edad y el menisco central es avascular en la edad adulta, lo que ralentiza la cicatrización.
Estructura del menisco
Un menisco sano actúa como amortiguador y proporciona una superficie lisa sobre la que se desliza la rodilla. Un desgarro del menisco impide la rotación de la rodilla, lo que provoca dolor y bloqueo. Las lesiones de menisco son frecuentes, sobre todo entre los deportistas.
El menisco es una estructura de la articulación de la rodilla que abarca y amortigua el espacio entre el fémur (hueso del muslo) y la tibia (hueso de la espinilla). Hay dos meniscos en cada rodilla: uno en el interior (el menisco medial) y otro en el exterior (el menisco lateral).
Cada uno está hecho de fibrocartílago resistente y tiene forma de media luna o de la letra “C”. Estos meniscos parecen ventosas cuidadosamente moldeadas a la forma de las superficies articulares del fémur y la tibia.
La forma y el tamaño del menisco le permiten desempeñar varias funciones. Cuando usted se pone de pie, su peso se transmite uniformemente a través de las piernas hasta las rodillas. La tensión que este peso ejerce sobre la rodilla es aún mayor al caminar, correr y saltar. El menisco actúa como amortiguador para evitar que los huesos de la articulación de la rodilla choquen entre sí y se dañen. También transmite la carga de su peso uniformemente a través de la articulación de la rodilla. Este reparto de la carga ayuda a prevenir las lesiones de rodilla y es extremadamente importante para la función y la salud de la rodilla.