Tiempo de curación de la neuralgia pudenda

La irritación del nervio pudendo, el atrapamiento del nervio pudendo y el dolor perineal son síntomas de distintos niveles relacionados con la presión que se crea a lo largo de la vía del nervio pudendo y que genera síntomas muy molestos, como: -dolor referido al perineo, suelo pélvico, ingle, genitales (escroto y pene en los hombres/dolor labial y vaginal, vaginismo e internamente en las mujeres)-dolor en los genitales y perineo y alrededor del conducto de la espalda en los hombres-dolor y opresión en la parte posterior de las caderas-dolor pélvico posterior o dolor púbico/ingual-pélvico/perineal que empeora al sentarse o cuando se está estresado, pero que mejora al ponerse de pie o sentarse en el inodoro-dolor que empeora con ropa ajustada.

El nervio pudendo se origina en el plexo lumbo-sacro (L4-S4). Está formado por fibras sensoriales (80%) y fibras motoras (20%). El nervio pudendo se ramifica en 3 nervios más pequeños: – Nervio rectal inferior: irriga el canal anal, la piel perianal, el recto y el esfínter anal externo. – Nervio perineal: irriga el perineo, la vagina, la uretra, el escroto masculino, los labios, el músculo perineal transverso y el esfínter uretral. – Nervio dorsal del clítoris o del pene: irriga la piel del clítoris/pene, los músculos bulbocavernoso e isquiocavernoso.

¿Puede la articulación sacroilíaca afectar al nervio pudendo?

El nervio pudendo puede estar comprimido en su raíz en presencia de una disfunción de la articulación sacroilíaca (SIJD).

¿Cuáles son los síntomas de una lesión del nervio pudendo?

Entumecimiento y sensación de hormigueo en la zona pélvica. Aumento de la sensibilidad al dolor: puede que le resulte incómodo un ligero roce o llevar ropa puesta. Sensación de hinchazón o de tener un objeto en el perineo: a menudo se describe como la sensación de tener una pelota de golf o de tenis.

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¿Qué puede simular una neuralgia pudenda?

Entre las afecciones comunes que podrían simular una neuralgia pudenda se incluyen la coccigodinia, la disfunción de la articulación sacroilíaca, el síndrome piriforme, la bursitis isquiática, la cistitis intersticial, la prostatitis crónica o no bacteriana, la prostatodinia, la vulvodinia, la vestibulitis vulvar, el síndrome de dolor pélvico crónico (SDPC), la musculatura del suelo pélvico …

Dolor del ligamento sacrotuberoso

En este artículo hablaremos de tratamientos poco conocidos pero eficaces para los trastornos del suelo pélvico (disfunción del suelo pélvico), el dolor de la cintura pélvica y la disfunción de la sínfisis púbica. Estos tratamientos pueden ayudar a las mujeres que han estado luchando con los síntomas durante, en algunos casos, muchos años sin un alivio significativo.

La relación entre la disfunción del suelo pélvico y el parto parece estar fuera de toda duda. La mayoría de los nuevos estudios se centran en la reducción del riesgo de disfunción del suelo pélvico tras el parto vaginal. Esto se produjo tras una oleada de estudios que examinaron los efectos a largo plazo comparando un único parto vaginal y por cesárea. Muchos estudios sugieren que el uso de fórceps y otros procedimientos de parto pueden causar daños significativos a la madre, con los consiguientes problemas a largo plazo.

De hecho, el Comité de Boletines Prácticos de Obstetricia y Ginecología del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos publicó el Boletín Práctico nº 165. El resumen se encuentra aquí: Prevención y tratamiento de las laceraciones obstétricas en el parto vaginal

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Nervio pudendo en las mujeres

El nervio pudendo atraviesa los músculos glúteos (las nalgas) y llega hasta el perineo (piense que el perineo es cualquier parte del cuerpo que toca el sillín de una bicicleta). La neuralgia pudenda (también conocida como neuropatía pudenda) es un trastorno del nervio pudendo que puede provocar dolor pélvico crónico. Esta afección puede estar causada por el atrapamiento del nervio pudendo, cuando el nervio se comprime, o por daños en el propio nervio pudendo y también se conoce como neuropatía pudenda.

Estar sentado de forma prolongada sobre superficies duras, como el sillín de una bicicleta, puede causar compresión del nervio pélvico, lo que con el tiempo puede provocar dolor pélvico crónico. De hecho, esto ocurre con tanta frecuencia que la neuralgia pudenda, un tipo de dolor pélvico crónico causado por el atrapamiento o la compresión del nervio pudendo, suele denominarse síndrome del ciclista.

Sentarse en algunos tipos de sillines de bicicleta durante largos periodos de tiempo ejerce presión sobre el nervio pudendo. Dicha presión puede provocar hinchazón alrededor del nervio, lo que causa dolor nervioso, e incluso puede provocar un traumatismo nervioso con el tiempo. La compresión del nervio y la hinchazón suelen causar dolor descrito como quemazón, escozor o sensación de pinchazos.

Disfunción de la sínfisis púbica

Siguiendo el modelo para la toma de decisiones en el proceso de exploración descrito en el Capítulo 1 (véase el Recuadro 1-7), centraremos ahora nuestra atención en el dolor producido por afecciones médicas, enfermedades y dolencias referidas a las regiones sacra, sacroilíaca (SI) y pélvica.

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La premisa básica es que los fisioterapeutas deben ser capaces de identificar signos y síntomas de origen sistémico o asociados a afecciones médicas que puedan simular una alteración neuromuscular o musculoesquelética (NMS) en estas zonas.

En el proceso de cribado, los terapeutas estarán atentos a las banderas amarillas (precaución) o rojas (advertencia) que les orienten. Los clínicos se basan en preguntas especiales para hombres y mujeres con factores de riesgo significativos, antecedentes médicos importantes, presentación clínica sospechosa o signos y síntomas asociados.

Con una entrevista cuidadosa y las preguntas de cribado adecuadas, el fisioterapeuta puede identificar indicios que sugieran un problema fuera del ámbito de la práctica del fisioterapeuta y que pueda requerir derivación médica. También se presentan pruebas específicas para detectar una fuente infecciosa o inflamatoria subyacente de dolor pélvico o abdominal, con un orden de pruebas sugerido.