¿Cuál es la importancia de la respiración en la educación física?
Al inspirar, el aire entra en los pulmones y el oxígeno de ese aire pasa a la sangre. Al mismo tiempo, el dióxido de carbono, un gas de desecho, pasa de la sangre a los pulmones y se exhala. Este proceso, denominado intercambio gaseoso, es esencial para la vida.
Los pulmones son la pieza central del aparato respiratorio. El aparato respiratorio también incluye la tráquea, los músculos de la pared torácica y el diafragma, los vasos sanguíneos y otros tejidos. Todas estas partes hacen posible la respiración y el intercambio de gases. El cerebro controla la frecuencia respiratoria (la rapidez o lentitud de la respiración), detectando la necesidad del cuerpo de obtener oxígeno y eliminar dióxido de carbono.
La importancia de los ejercicios respiratorios
Los ejercicios de respiración nos curan de muchas maneras. Tienen inmensos beneficios físicos, emocionales, mentales y espirituales. Los ejercicios de respiración nos ayudan enormemente a reducir el estrés y a relajarnos. También mejoran la eficacia de nuestros pulmones.
Los ejercicios de respiración como el pranayama aumentan el suministro de oxígeno, lo que incrementa la circulación sanguínea y mejora el aspecto de la piel. También desintoxica la sangre, lo que se traduce en una piel más joven y brillante.
Un estudio realizado por BMC Medicina Complementaria y Alternativa informó de que hacer ejercicios de respiración durante tan sólo 20 minutos puede reducir significativamente, las indicaciones de estrés de la inflamación cuando se mide en la saliva de uno.
Fortalece los músculos y las articulaciones y previene las posibilidades de desgaste. Los ejercicios respiratorios minimizan la tensión del ejercicio físico y mejoran la capacidad del cuerpo para soportar entrenamientos físicos intensos.
Si te sientes motivado después de leer este artículo y estás pensando en incorporar ejercicios de respiración a tu rutina matutina o nocturna a partir de mañana mismo, aquí tienes algunos de los mejores ejercicios que puedes probar:
Por qué es importante respirar para la salud mental
El aire entra en el sistema respiratorio a través de la nariz o la boca. Si entra por las fosas nasales, el aire se calienta y humedece. Unos pelos diminutos llamados cilios protegen los conductos nasales y otras partes de las vías respiratorias, filtrando el polvo y otras partículas que entran por la nariz a través del aire respirado.
Las dos aberturas de las vías respiratorias (la cavidad nasal y la boca) se unen en la faringe, o garganta, en la parte posterior de la nariz y la boca. La faringe forma parte tanto del aparato digestivo como del respiratorio, ya que transporta alimentos y aire.
En la parte inferior de la faringe, esta vía se divide en dos, una para los alimentos -el esófago, que conduce al estómago- y otra para el aire. La epiglotis, un pequeño colgajo de tejido, cubre el conducto exclusivo para el aire cuando tragamos, impidiendo que los alimentos y los líquidos pasen a los pulmones.
En su extremo inferior, la tráquea se divide en los bronquios izquierdo y derecho, que conectan con los pulmones. Dentro de los pulmones, los bronquios se ramifican en bronquios más pequeños y tubos aún más pequeños llamados bronquiolos. Los bronquiolos terminan en pequeños sacos de aire llamados alvéolos, donde se produce el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono. Cada persona tiene cientos de millones de alvéolos en sus pulmones. Esta red de alvéolos, bronquiolos y bronquios se conoce como árbol bronquial.
Por qué la respiración es importante para el organismo
Las funciones cotidianas del organismo, como digerir los alimentos, mover los músculos o simplemente pensar, necesitan oxígeno. Durante estos procesos se produce un gas de desecho llamado dióxido de carbono. La función de los pulmones es proporcionar oxígeno al organismo y eliminar el gas de desecho, el dióxido de carbono.
Cuando usted está activo, su respiración puede aumentar hasta unas 40-60 veces por minuto para hacer frente a la demanda adicional. El suministro de oxígeno a los músculos también se acelera, para que puedan realizar su trabajo con eficacia. El aumento de la respiración también evita la acumulación de dióxido de carbono en el torrente sanguíneo.
El diafragma se contrae al inspirar, tirando de los pulmones hacia abajo, estirándolos y expandiéndolos. Al espirar, el diafragma se relaja y vuelve a la posición de cúpula, reduciendo la cantidad de aire en los pulmones.
Las señales del centro respiratorio del cerebro viajan por los nervios hasta el diafragma y otros músculos. El diafragma se aplana, empujando hacia fuera la parte inferior de la caja torácica y el abdomen. Al mismo tiempo, los músculos situados entre las costillas tiran de la caja torácica hacia arriba y hacia fuera. Esto expande el pecho y lleva aire a los pulmones.