Lesión de la raíz del menisco

El número de personas que sufren dolor de rodilla es cada vez más común cada año. En Buffalo Rehab Group, el 25% de nuestros pacientes están rehabilitando lesiones en sus rodillas. Si bien hay muchas causas de dolor de rodilla, una de las lesiones más prominentes que vemos son las lesiones o desgarros en el menisco. El menisco es el cartílago y el cojín de la rodilla. Su función principal es proporcionar amortiguación y estabilidad durante actividades como correr, saltar, caminar y subir escaleras. Dependiendo del mecanismo de la lesión, los desgarros pueden ser agudos o degenerativos, y estables o no estables. Ambos pueden afectar al tratamiento de las lesiones de menisco.

Los desgarros agudos de menisco suelen ser el resultado de un traumatismo directo o tensión en la articulación de la rodilla. Estos desgarros agudos suelen presentarse con hinchazón, dolor agudo, sensibilidad en la línea articular de la rodilla y, en casos graves, bloqueo o pandeo de la articulación de la rodilla. Los desgarros agudos suelen producirse en deportes que implican un contacto repetitivo (fútbol) o una carga repetitiva sobre la rodilla (baloncesto).

¿Cuál es el mecanismo de lesión del menisco?

Mecanismo típico de lesión: La mayoría de las roturas de menisco se producen como resultado de una torsión de la rodilla mientras el pie está plantado en el suelo. Esto puede ocurrir al realizar un giro repentino o un cambio de dirección, o al aterrizar tras un salto.

¿Cuál es el tratamiento conservador de las lesiones de menisco?

El tratamiento conservador de la rotura de menisco incluye reposo, hielo, compresión, elevación, AINE, fisioterapia y el uso de una rodillera. Los desgarros de menisco pueden ser recurrentes; sin embargo, un tratamiento quirúrgico puede ayudar a prevenir la reaparición de los desgarros.

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¿Qué tipo de rotura de menisco requiere cirugía?

Las roturas de menisco de grado 3 suelen requerir cirugía, que puede incluir: Reparación artroscópica: se introduce un artroscopio en la rodilla para ver el desgarro. Se realizan una o dos pequeñas incisiones más para introducir instrumentos.

Mecanismo de la lesión de menisco

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Un desgarro de menisco es la rotura de una o más de las tiras de fibrocartílago de la rodilla llamadas meniscos. Cuando los médicos y los pacientes hablan de “rotura de cartílago” en la rodilla, en realidad pueden referirse a una lesión de menisco en la parte superior de una de las tibias. Los meniscos pueden desgarrarse al realizar actividades inocuas como caminar o ponerse en cuclillas. También pueden desgarrarse por una fuerza traumática que se produce al practicar deportes u otras formas de esfuerzo físico. La acción traumática suele ser un movimiento de torsión de la rodilla con la pierna flexionada. En los adultos mayores, el menisco puede dañarse tras un “desgaste” prolongado. Las lesiones especialmente agudas (normalmente en pacientes más jóvenes y activos) pueden provocar desgarros desplazados que pueden causar síntomas mecánicos como chasquidos, enganches o bloqueos durante el movimiento de la articulación[1] La articulación dolerá cuando esté en uso, pero cuando no haya carga, el dolor desaparecerá.

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Las roturas de menisco pueden tratarse mediante fisioterapia conservadora y antiinflamatorios no esteroideos o mediante intervención quirúrgica. La reparación meniscal es superior a la meniscectomía parcial, con mejores resultados funcionales y cambios degenerativos menos graves con el paso del tiempo. Los avances quirúrgicos en las técnicas operatorias, la instrumentación moderna y las mejoras biológicas mejoran colectivamente las tasas de curación de la reparación meniscal. Sin embargo, el fracaso de la reparación no está exento de consecuencias y puede repercutir negativamente en los resultados de los pacientes. Por lo tanto, es imprescindible que los cirujanos conozcan a fondo las zonas vasculares y las clasificaciones biomecánicas de las roturas de menisco para poder determinar el tratamiento más adecuado.

Epidemiología de las lesiones de menisco

Los desgarros de menisco pueden variar mucho en tamaño y gravedad. Un menisco puede partirse por la mitad, desgarrarse en toda su circunferencia en forma de C o quedar colgando de un hilo a la articulación de la rodilla. Un desgarro apenas perceptible puede resurgir años después, desencadenado por algo tan simple como tropezar con el bordillo de una acera.

Una rotura de menisco puede producirse cuando la rodilla se tuerce repentinamente mientras el pie está plantado en el suelo. También puede producirse lentamente, a medida que el menisco pierde elasticidad. En este caso, puede romperse una parte, dejando bordes deshilachados.

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En el deporte, la rotura de menisco suele producirse de repente. Hasta 24 horas después pueden aparecer dolor intenso e hinchazón. Caminar puede resultar difícil. También puede sentirse dolor al flexionar o girar la rodilla. Un trozo suelto de cartílago puede atascarse en la articulación, haciendo que la rodilla se bloquee temporalmente, impidiendo la extensión completa de la pierna.

Por lo general, el médico le preguntará cómo se produjo la lesión, cómo se siente la rodilla desde que se lesionó y si ha tenido otras lesiones de rodilla. Es posible que le pregunte por sus objetivos físicos y deportivos para ayudar al médico a decidir cuál es el mejor tratamiento para usted.