Dieta para la fibrosis quística

Debe animarse a los niños con fibrosis quística a realizar tanta actividad física como sea posible, idealmente tipos de ejercicio que le dejen sin aliento, como correr, nadar, jugar al fútbol o al tenis, aunque existe una amplia gama de actividades adecuadas. Es importante hacer saber a los profesores del colegio que hay que fomentar el ejercicio, ya que puede que no sepan si es bueno o malo para alguien con fibrosis quística.

También es importante mantener la flexibilidad, sobre todo alrededor de las costillas y los hombros. Los niños mayores y los adultos pueden necesitar hacer ejercicios de estiramiento para preservar el movimiento completo de las articulaciones y los músculos alrededor de estas zonas. Los niños más pequeños pueden hacer lo mismo participando en juegos o actividades que impliquen mover y estirar el tronco y los brazos.

¿Qué ejercicios ayudan a la fibrosis quística?

Se debe animar a los niños con FQ a que realicen la mayor cantidad posible de actividad física, idealmente tipos de ejercicio que le dejen sin aliento, como correr, nadar, jugar al fútbol o al tenis, aunque existe una amplia gama de actividades adecuadas.

¿Cómo se puede reducir el riesgo de fibrosis quística?

¿Se puede prevenir la fibrosis quística? Por el momento, no es posible prevenir la fibrosis quística. En los bebés con dos genes anómalos de FQ, la enfermedad ya está presente al nacer en algunos órganos, como el páncreas y el hígado, pero sólo se desarrolla en los pulmones después del nacimiento. Algún día podrá utilizarse la terapia génica para prevenir el desarrollo de la enfermedad pulmonar.

¿Qué actividades deben evitar las personas con fibrosis quística?

Actividades que deben evitarse

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Son el submarinismo, el paracaidismo, el puenting y las actividades de alta intensidad a gran altitud. Las personas con el hígado o el bazo agrandados deben evitar los deportes de choque, como el fútbol, el baloncesto o el fútbol americano.

Tratamiento de la fibrosis quística

Las declaraciones de consenso sobre el cuidado de las personas con fibrosis quística (FQ) recomiendan el ejercicio como parte de una estrategia de tratamiento más amplia. Muchas de estas recomendaciones se basan en pruebas de alta calidad de que el ejercicio regular mejora algunos resultados clínicos importantes, como la función pulmonar y la calidad de vida. Sin embargo, las pruebas sobre el efecto del ejercicio en otros resultados clínicos son menos amplias o de menor calidad. Este artículo revisará los efectos fisiológicos del ejercicio sobre una serie de resultados en personas con FQ, los mecanismos por los que el ejercicio puede mejorar estos resultados y la calidad y los resultados de la investigación clínica sobre los efectos del ejercicio en el tratamiento de la FQ.

Pruebas sustanciales confirman que el ejercicio reduce significativamente la tasa de disminución de la función pulmonar en personas con FQ, al menos en parte por el aumento de la eliminación de moco. El entrenamiento regular durante 6 meses mejora la capacidad de ejercicio aeróbico. La salud ósea suele ser deficiente en las personas con FQ, pero sólo pruebas indirectas apoyan que el aumento de la cantidad de ejercicio tenga un efecto beneficioso sobre la densidad ósea. La diabetes relacionada con la FQ también es una secuela común de la enfermedad, pero de nuevo sólo existen pruebas de la diabetes de tipo 2 que apoyen el ejercicio como forma de controlarla.

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Restricción de líquidos para la fibrosis quística

Mayo es el mes de la concienciación sobre la fibrosis quística. Según la Fundación de Fibrosis Quística, esta enfermedad genética de por vida y potencialmente mortal afecta a más de 30.000 niños y adultos en Estados Unidos y a 70.000 en todo el mundo. Cada año se diagnostican aproximadamente 1.000 nuevos casos de fibrosis quística (FQ). La mayoría de los recién nacidos son sometidos a pruebas de detección de la FQ, y los casos suelen diagnosticarse a los 2 años; sin embargo, algunos casos de FQ no presentan síntomas durante la infancia, y la FQ puede diagnosticarse en la edad adulta.1

La FQ es una enfermedad genética progresiva en la que mutaciones en el gen regulador de la conductancia transmembrana de la FQ (CFTR) causan problemas en el funcionamiento de la proteína CFTR y en las glándulas exocrinas (secretoras), que producen moco y sudor. La FQ altera el funcionamiento normal de las células de las glándulas sudoríparas de la piel y de las superficies de los pulmones, el hígado, el páncreas y otros órganos.1

La proteína CFTR ayuda a mantener el equilibrio de sal y agua. Cuando esta proteína no funciona, el cloruro, un componente de la sal, no puede desplazarse a la superficie celular; sin cloruro para atraer agua a la superficie celular, la mucosidad de varios órganos se vuelve espesa y pegajosa. Los pulmones son el principal órgano afectado en la FQ: el exceso de mucosidad obstruye las vías respiratorias, lo que provoca inflamación, infecciones, insuficiencia respiratoria y otras complicaciones. Otros órganos afectados son el páncreas, donde la acumulación de mucosidad impide la liberación de enzimas digestivas que contribuyen a la absorción de nutrientes, lo que provoca desnutrición y retraso del crecimiento. Y, en el hígado, la mucosidad puede obstruir el conducto biliar y causar enfermedades hepáticas y un agrandamiento del bazo.1

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Ejercicio aeróbico para la fibrosis quística

Debe animarse a los niños con fibrosis quística a realizar tanta actividad física como sea posible, idealmente tipos de ejercicio que le dejen sin aliento, como correr, nadar, jugar al fútbol o al tenis, aunque existe una amplia gama de actividades adecuadas. Es importante hacer saber a los profesores del colegio que hay que fomentar el ejercicio, ya que puede que no sepan si es bueno o malo para alguien con fibrosis quística.

También es importante mantener la flexibilidad, sobre todo alrededor de las costillas y los hombros. Los niños mayores y los adultos pueden necesitar hacer ejercicios de estiramiento para preservar el movimiento completo de las articulaciones y los músculos alrededor de estas zonas. Los niños más pequeños pueden hacer lo mismo participando en juegos o actividades que impliquen mover y estirar el tronco y los brazos.