Tratamiento de la protrusión discal subarticular

La protrusión discal cervical, comúnmente conocida como abultamiento discal, se produce cuando los discos vertebrales y los ligamentos asociados están intactos, pero pueden formar una bolsa hacia fuera que presione los nervios raquídeos. Esta afección provoca dolor en el cuello, los hombros y los brazos. Normalmente, los síntomas incluyen un dolor sordo o agudo en el cuello o los omóplatos. A veces, el dolor puede irradiarse a lo largo de los brazos hasta las manos y los dedos. Puede haber sensación de hormigueo y entumecimiento en las yemas de los dedos. Generalmente se desarrolla en personas de entre 30 y 50 años como resultado de un traumatismo en la columna cervical.

Es necesario buscar atención médica antes de que los síntomas empeoren. La visita inicial al médico puede incluir una exploración física, la evaluación de los síntomas y el historial médico y un examen neurológico. Puede aconsejarse una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética (RM) para evaluar el daño discal.

La primera línea de tratamiento que puede sugerir su médico son métodos conservadores como la terapia con frío o calor. Durante los 2-3 primeros días, la aplicación de hielo (envuelto en una toalla) puede reducir la inflamación y el dolor al limitar el flujo sanguíneo. La terapia de calor puede iniciarse a los 3 días para aumentar la circulación sanguínea y relajar los tejidos blandos. La terapia de frío/calor no debe prolongarse más de 20 minutos cada vez. Pueden recetarse medicamentos como antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y relajantes musculares. Pueden recomendarse tratamientos de fisioterapia que incluyan masajes, ejercicios de estiramiento y tracción del cuello. La mayoría de las veces, estas medidas de autocuidado alivian el dolor en unas 4-6 semanas. Si la afección es grave y no puede tratarse con métodos conservadores, o en caso de compresión de la médula espinal, el médico puede recomendar una intervención quirúrgica. La protrusión discal cervical puede corregirse mediante discectomía parcial, discectomía (extirpación del disco) o laminotomía. Estas cirugías de columna pueden realizarse mediante el método mínimamente invasivo que implica cortes más pequeños e instrumentos diminutos.

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Protrusión discal frente a hernia

La hernia discal es una afección que puede producirse en cualquier parte de la columna vertebral, pero con mayor frecuencia en la zona lumbar. A veces se denomina disco abultado, protuberante o roto. Es una de las causas más comunes de dolor lumbar, así como de dolor en las piernas o ciática.

Médula espinal y nervios. Estos cables eléctricos viajan por el canal espinal llevando mensajes entre el cerebro y los músculos. Las raíces nerviosas se ramifican desde la médula espinal a través de unas aberturas en las vértebras llamadas foramen.

Si la presión continúa, el núcleo gelatinoso puede llegar a atravesar todo el anillo externo del disco o hacer que éste se abombe. Esto ejerce presión sobre la médula espinal y las raíces nerviosas cercanas. No sólo se trata de una compresión mecánica de los nervios, sino que el material del disco también libera irritantes químicos que contribuyen a la inflamación de los nervios. Cuando se irrita una raíz nerviosa, puede aparecer dolor, entumecimiento y debilidad en una o ambas piernas, una afección denominada ciática.

La hernia discal suele ser el resultado del desgaste natural de la columna vertebral debido a la edad. Este proceso se denomina degeneración discal. En niños y adultos jóvenes, los discos tienen un alto contenido en agua. A medida que las personas envejecen, el contenido de agua de los discos disminuye y los discos se vuelven menos flexibles. Los discos empiezan a encogerse y los espacios entre las vértebras se estrechan. Este proceso normal de envejecimiento hace que los discos sean más propensos a herniarse.

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Protrusión discal cervical

Las protrusiones discales son un tipo de hernia discal caracterizada por la protrusión del contenido del disco más allá de los confines normales del disco intervertebral, en un segmento inferior al 25% de la circunferencia del disco. La anchura de la base es mayor que el mayor diámetro del material discal que sobresale de los márgenes normales del disco. La protrusión no debe sobresalir ni por encima ni por debajo de las placas vertebrales correspondientes.

Una extrusión discal se distingue de una protrusión discal en que la base del material discal protruido es más estrecha que su “cúpula”. Además, este material puede extenderse por encima o por debajo del nivel del disco.

Nota: A lo largo de los años se han propuesto/utilizado varias definiciones de lo que constituye exactamente una protrusión discal, y es importante darse cuenta de que difieren sustancialmente entre sí . En el momento de escribir este artículo (junio de 2020) la terminología más reciente y ampliamente utilizada fue propuesta en 2014 por Fardon et al y representa un consenso de la North American Spine Society, la American Society of Spine Radiology y la American Society of Neuroradiology .

Resonancia magnética de protrusión discal

ResumenLa hernia discal lumbar (HDL) puede reabsorberse espontáneamente sin tratamiento quirúrgico. Sin embargo, la patogénesis y las indicaciones fisiológicas para predecir la reabsorción de la protrusión aún no están claras, lo que impide a los clínicos elegir preferentemente opciones de tratamiento conservador para los pacientes con LDH con efectos de reabsorción. El propósito de esta revisión fue resumir los informes previos sobre reabsorción de LDH y discutir las características clínicas y de imagen que favorecen la absorción natural. Destacamos los mecanismos biológicos implicados en el fenómeno de reabsorción de LDH, incluida la infiltración de macrófagos, las respuestas inflamatorias, la remodelación de la matriz y la neovascularización. Además, resumimos y discutimos los posibles tratamientos clínicos para promover la reabsorción. Las pruebas actuales sugieren que la regulación macrofágica de los mediadores inflamatorios, las metaloproteinasas de matriz y las citocinas específicas en el disco intervertebral es esencial para la reabsorción espontánea de LDH.

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Algunos estudiosos han especulado que cuando se produce un cambio modico en el disco intervertebral, los macrófagos cambian de tipo M2 a tipo M1, lo que a su vez produce más factores proinflamatorios, como IL-6, IL-8 y TNF-α [96, 97]. Los cambios de tipo M1 pueden representar un cambio en la respuesta inflamatoria de “funcional” a “dolorosa”, reduciendo así las tasas de recuperación en pacientes con LDH. Djuric et al. demostraron que existe una interacción entre los cambios módicos y la respuesta inflamatoria del disco intervertebral regulada por macrófagos [98]. Sin embargo, las pruebas que apoyan esta teoría son actualmente muy limitadas.