Síntomas psicosomáticos deutsch
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Las enfermedades psicosomáticas consisten en experimentar síntomas físicos influidos por problemas psicológicos o estrés emocional. Las enfermedades relacionadas con el estrés son muy comunes, pero la gente suele pensar erróneamente que los síntomas físicos causados o exacerbados por el estrés no son graves. Las enfermedades psicosomáticas pueden causar síntomas físicos que repercuten gravemente en la salud.
Cuando uno está estresado, puede experimentar síntomas físicos. Entre ellos, dolores, espasmos musculares y cefaleas, posiblemente por tensar los músculos de forma inconsciente durante periodos prolongados. Esto se debe a que su cuerpo segrega una hormona llamada cortisol cuando está bajo estrés.
El cortisol es una hormona segregada por las glándulas suprarrenales. Desempeña un papel importante en la respuesta del organismo al estrés. Cuando una persona está estresada, el cortisol ayuda al organismo a prepararse para hacer frente a la amenaza. Sin embargo, un exceso de cortisol es perjudicial para la salud y puede contribuir a la hipertensión arterial, el deterioro de la cognición, el aumento de la inflamación, la disminución de la inmunidad y otras consecuencias para la salud.
¿Pueden tratarse las enfermedades psicosomáticas?
Tratamiento de los trastornos psicosomáticos
La terapia cognitivo-conductual (TCC) suele ser el tratamiento de elección para los trastornos psicosomáticos. Esta terapia ayuda a los pacientes a aprender nuevas formas de afrontar y resolver sus problemas a medida que adquieren una comprensión más profunda de su estado o circunstancias.
¿Qué son las enfermedades psicosomáticas?
Los trastornos psicosomáticos derivados del estrés pueden incluir hipertensión, afecciones respiratorias, trastornos gastrointestinales, migrañas y cefaleas tensionales, dolor pélvico, impotencia, frigidez, dermatitis y úlceras.
¿Cuáles son los 4 signos de enfermedad psicosomática?
R: Dolores de cabeza, mareos, pérdida de memoria, dolor de estómago, convulsiones… lo que se le ocurra. Las afecciones psicosomáticas se definen por el hecho de que no pueden atribuirse a un problema médico, como una lesión, una enfermedad o un tumor. Pero lo importante es que los síntomas son reales.
Cómo afrontar el dolor psicosomático
En 2004, cuando la doctora Suzanne O’Sullivan trabajaba como neuróloga en el Royal London Hospital, le asignaron el tratamiento de pacientes epilépticos que, inexplicablemente, no mejoraban. Al haberse agotado los tratamientos habituales, sospechó que tal vez su dolor no se debía a un problema físico. O’Sullivan investigó y descubrió que muchos de sus pacientes sufrían trastornos psicosomáticos, en los que el estrés psicológico se manifestaba en forma de convulsiones y otros problemas corporales. Este trabajo dio lugar a la publicación de su libro Is It All in Your Head? Historias reales de enfermedades imaginarias. A partir de una entrevista en Oprah.com, he aquí preguntas y respuestas para ayudar a todos a comprender mejor los síntomas psicosomáticos.
P: ¿Cuáles son los síntomas más comunes de los trastornos psicosomáticos? R: Dolores de cabeza, mareos, pérdida de memoria, dolor de estómago, convulsiones… lo que se le ocurra. Los trastornos psicosomáticos se definen por el hecho de que no pueden atribuirse a un problema médico como una lesión, una enfermedad o un tumor. Pero lo importante es que los síntomas son reales.
Hormigueo psicosomático
El término “trastorno psicosomático” se utiliza principalmente para referirse a “una enfermedad física que se cree que está causada, o empeorada, por factores mentales”. El término también se utiliza cuando los factores mentales causan síntomas físicos pero no existe una enfermedad física. Por ejemplo, el dolor torácico puede estar causado por el estrés y no encontrarse ninguna enfermedad física.Se cree que algunas enfermedades físicas son propensas a empeorar por factores mentales como el estrés y la ansiedad. En un momento dado, el estado mental de una persona puede afectar al grado de gravedad de una enfermedad física. Los síntomas físicos causados por factores mentales también se denominan somatización o trastornos somatomorfos. Estos síntomas se deben a una mayor actividad de los impulsos nerviosos enviados desde el cerebro a diversas partes del cuerpo.En los trastornos psicosomáticos pueden intervenir diversos factores, como rasgos de personalidad; influencias genéticas o ambientales familiares; factores biológicos; comportamientos aprendidos y otros.
Una amplia gama de enfermedades y afecciones físicas pueden ser especialmente propensas a empeorar por factores mentales. Entre ellas se incluyen afecciones cutáneas como el eccema y la psoriasis, la hipertensión arterial, los problemas cardíacos y otras. Los trastornos psicosomáticos afectan con frecuencia a los sistemas respiratorio y gastrointestinal, así como al sistema cardiovascular. Los trastornos psicosomáticos pueden tener efectos leves o graves en la calidad de vida, desde interferir en la capacidad normal de funcionamiento hasta causar discapacidad física o mental.
Psicosomática
Los niños, los adolescentes y los adultos pueden padecer trastornos del estado de ánimo. Sin embargo, los niños y los adolescentes no siempre presentan los mismos síntomas que los adultos. Es más difícil diagnosticar los trastornos del estado de ánimo en los niños porque no siempre son capaces de expresar cómo se sienten.
Muchos factores contribuyen a los trastornos del estado de ánimo. Es probable que estén causados por un desequilibrio de las sustancias químicas del cerebro. Los acontecimientos vitales (como los cambios de vida estresantes) también pueden contribuir a un estado de ánimo depresivo. Los trastornos del estado de ánimo también suelen ser hereditarios.
Cualquiera puede sentirse triste o deprimido a veces. Sin embargo, los trastornos del estado de ánimo son más intensos y difíciles de manejar que los sentimientos normales de tristeza. Los niños, adolescentes o adultos que tienen un progenitor con un trastorno del estado de ánimo tienen más probabilidades de padecerlo también. Sin embargo, los acontecimientos de la vida y el estrés pueden exponer o empeorar los sentimientos de tristeza o depresión. Esto hace que los sentimientos sean más difíciles de manejar.
A veces, los problemas de la vida pueden desencadenar una depresión. Ser despedido de un trabajo, divorciarse, perder a un ser querido, la muerte de un familiar y los problemas económicos, por nombrar algunos, pueden ser difíciles y sobrellevar la presión puede resultar problemático. Estos acontecimientos vitales y el estrés pueden provocar sentimientos de tristeza o depresión o hacer que un trastorno del estado de ánimo sea más difícil de controlar.