Interfaz cerebro-ordenador
La idea de que las máquinas superen a los humanos puede estar intrínsecamente relacionada con las máquinas conscientes. Superar a los humanos significaría replicar, alcanzar y superar propiedades distintivas clave de los seres humanos, por ejemplo, la cognición de alto nivel asociada a la percepción consciente. Sin embargo, ¿pueden compararse los ordenadores con los seres humanos? ¿Pueden los ordenadores llegar a ser conscientes? ¿Pueden los ordenadores superar las capacidades humanas? Se trata de cuestiones paradójicas y controvertidas, sobre todo porque existen muchos supuestos ocultos y conceptos erróneos sobre la comprensión del cerebro. En este sentido, es necesario explorar primero estos supuestos y luego sugerir cómo el procesamiento específico de la información de los cerebros podría ser replicado por las máquinas. Por lo tanto, en este artículo se analizará un subconjunto de capacidades humanas y la conexión con el comportamiento consciente; en segundo lugar, se explorará una teoría prototipo de la conciencia y se clasificarán las máquinas de acuerdo con este marco. Por último, este análisis mostrará la paradójica conclusión de que intentar que las máquinas conscientes superen a los humanos implica que los ordenadores nunca superarán por completo las capacidades humanas o, si el ordenador lo consiguiera, la máquina ya no debería considerarse un ordenador.
¿Es el cerebro humano una máquina?
El cerebro es un órgano biológico, no un ordenador digital. La neurociencia ha descubierto que, aunque el cerebro media entre el cuerpo y el entorno, no manda sobre el cuerpo.
¿Quién gana, el cerebro humano o el superordenador?
Los estudios han demostrado que el cerebro tiene una eficiencia de potencia de cálculo superior a la de los ordenadores electrónicos en órdenes de magnitud.
¿Es nuestra mente como una máquina?
A diferencia de una máquina, el cerebro es un órgano, una parte funcional de un organismo vivo. Tiene (junto con el cuerpo) una forma sustancial; su actividad le es natural. Podría decirse que la actividad del cerebro le es intrínseca, no le viene impuesta extrínsecamente, como la actividad de una máquina.
El futuro de la interfaz cerebro-ordenador
La minimización variacional de la energía libre (VFEM) se basa en varios supuestos, entre ellos los siguientes (a) para sobrevivir, cualquier organismo, desde el más simple (bacteria) hasta el más avanzado (ser humano), debe poseer modelos internos (también conocidos como, (b) estos modelos internos dirigen la interacción de un organismo con el entorno hacia la minimización de la energía libre variacional (VFE, por sus siglas en inglés) en los ciclos de detección-acción (en términos generales, la VFE expresa los errores de predicción, es decir, las discrepancias entre las sensaciones que se predice que seguirán a las acciones y las que realmente se experimentan) y (c) la supresión de los errores de predicción va de la mano con la resistencia a las fuerzas entrópicas y el mantenimiento de los organismos en estados característicos (de baja entropía) (Friston, 2010). Nuestro argumento es que la comprensión utiliza mecanismos especialmente eficientes que son exclusivos del cerebro humano. Los lectores interesados pueden encontrar discusiones más detalladas de estas nociones en Yufik y Friston (2016) y Yufik (2019, 2021a,b). En resumen:
Juegos con interfaz cerebro-ordenador
Ingenieros e informáticos trabajan con neurocientíficos y profesionales sanitarios de todo el mundo para desarrollar dispositivos avanzados, incluidos robots y prótesis, que interactúen estrechamente con el cerebro y el cuerpo. Estas herramientas avanzadas pueden ser utilizadas por personas con discapacidades físicas, personas que trabajan en entornos peligrosos o personas que necesitan ampliar sus capacidades para realizar tareas difíciles.
Entre las áreas de interés figuran los exoesqueletos (que aumentan las capacidades de las extremidades existentes), las prótesis (que ofrecen funcionalidad sustituyendo apéndices perdidos o reemplazando modalidades sensoriales perdidas, como con dispositivos auditivos) y los robots supernumerarios (que pueden acoplarse al cuerpo humano y funcionar en coordinación con las extremidades naturales existentes). La investigación en este campo cuenta con el apoyo de 7 profesores de 5 departamentos y 4 centros. La investigación en Neuroingeniería cognitiva está anclada en el Centro de Neuroingeniería y Medicina y en los Departamentos de Neurología y Cirugía Neurológica.
Neuralink
Surgen nuevas formas de simbiosis máquina-humano en todos los niveles y tipos de actividades. Los aspectos van desde la automatización en todas las esferas de las actividades humanas hasta el aumento de las funciones íntimas del cuerpo humano.
Cada vez más decisiones y actividades son realizadas por algoritmos y máquinas (contratación, inversión, roboperiodismo, poesía, reconocimiento y reproducción de expresiones faciales, identificación). El aprendizaje profundo amplía aún más el alcance y la profundidad de las interacciones hombre-máquina.
Las capacidades técnicas permiten cada vez más la imitación artificial del cuerpo o el comportamiento humanos. Estas imitaciones se utilizan para probar artefactos relacionados con el ser humano. Los avances incluyen: Piel artificial impresa en 3D, chips que imitan órganos humanos, carne humana animada de aspecto real o células nerviosas artificiales.
La automatización avanza rápidamente en cada vez más ámbitos de la actividad humana (investigación médica, costura, gestión de procesos por software, recogida de basura, barcos teledirigidos, contratación automatizada, pedidos y reabastecimiento automáticos, roboperiodismo, ciencia). Esto conlleva una serie de consecuencias sociales, económicas y ecológicas. La humanidad necesita comprender y moldear activamente este desarrollo, por ejemplo controlando el poder de los algoritmos y aprendiendo a hacer frente a acontecimientos inesperados. Uno de los principales retos será construir un futuro viable para todos.