Fractura oblicua
Una fractura de escafoides es la rotura de un pequeño hueso situado en el lado del pulgar de la muñeca. También se denomina fractura navicular. De los ocho huesos carpianos de la muñeca, el escafoides es el que tiene más probabilidades de romperse.
Es importante saber si tiene una fractura de escafoides, porque estas fracturas necesitan tratamiento para curarse bien. Con el tratamiento y el seguimiento adecuados, la mayoría de las fracturas de escafoides se curan con el tiempo. Sin tratamiento, y a veces con tratamiento, la curación puede ser lenta y difícil porque algunas partes del hueso escafoides no tienen un buen riego sanguíneo. Si el hueso no se cura bien, puede sufrir dolor, rigidez o artritis en la muñeca a largo plazo.
La mayoría de las fracturas de escafoides se producen al estirar la mano hacia delante para protegerse de una caída. También pueden producirse cuando la muñeca se tuerce mucho o recibe un golpe muy fuerte. Las fracturas de escafoides suelen producirse durante la práctica de deportes como el fútbol, el fútbol americano o el baloncesto, o durante actividades como el patinaje en línea, el monopatín o el ciclismo. También pueden producirse como consecuencia de un accidente de coche o una pelea a puñetazos.
¿Qué técnica se utiliza en el tratamiento de la fractura?
Las tres principales opciones de tratamiento de las fracturas óseas son: Enyesado. Reducción abierta y fijación interna: se trata de una intervención quirúrgica para reparar la fractura; a menudo se utilizan varillas, tornillos o placas metálicas para reparar el hueso, que permanecen en su sitio, bajo la piel, después de la intervención.
¿Qué se puede utilizar para sujetar e inmovilizar una muñeca fracturada?
Los yesos y las férulas son dispositivos ortopédicos que se utilizan para proteger y sostener huesos y articulaciones fracturados o lesionados. Ayudan a inmovilizar la extremidad lesionada para mantener el hueso en su sitio hasta que se cure por completo. Las férulas suelen estar hechas de fibra de vidrio o yeso.
¿Qué métodos se utilizan para inmovilizar las fracturas?
Los yesos son la forma más habitual de inmovilizar una fractura. La escayola se coloca en el brazo o la pierna después de que el médico la haya alineado correctamente. La escayola impide que el hueso fracturado se mueva, manteniéndolo en su sitio para que los espacios rotos vuelvan a unirse.
Tipos de fracturas
Las lesiones del cartílago articular se producen con mayor frecuencia en la rodilla, pero también pueden afectar a la cadera, el tobillo y el hombro. En muchos casos, el daño se limita a la fina capa de cartílago articular del extremo del hueso, lo que se conoce como lesión condral o defecto condral. (Las lesiones condrales no suelen curarse bien por sí solas, en parte porque el cartílago articular carece de riego sanguíneo, que favorece la cicatrización.
Algunas lesiones articulares no causan ningún síntoma. ¿Cómo se diagnostican las lesiones del cartílago articular? El diagnóstico de las lesiones y daños del cartílago suele implicar la obtención de un historial médico, la realización de un examen físico y la solicitud de una o más pruebas diagnósticas. El médico empezará preguntando por el dolor y otros síntomas en la articulación afectada y sus alrededores. También le preguntará por intervenciones quirúrgicas previas, si los síntomas se deben a alguna lesión concreta y qué tipo de actividades físicas realiza habitualmente.
Fractura en espiral
La inmovilización es necesaria para que una lesión ortopédica se cure correctamente. Los huesos, ligamentos y tendones lesionados sufrirán más daños si no se inmovilizan las zonas afectadas. Evitar que la zona se mueva también ayuda a reducir el dolor.
La inmovilización requiere largos periodos de tiempo en los que el paciente no puede mover la zona afectada. Aunque la inmovilización es necesaria para la curación, también tiene inconvenientes. Un paciente puede sufrir atrofia muscular, que es cuando el músculo se encoge; puede tratarse con terapia de rehabilitación tras la curación del hueso. El paciente también puede sufrir pérdida muscular, que puede tratarse con ejercicio. Ambos efectos secundarios de la inmovilización suelen ser a corto plazo y temporales.
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Fractura de Greenstick
in Ortopedia, Medicina DeportivaMay 22, 2020 Tagged With: Ortopedia, medicina deportiva, The Bone & Joint Center, Rotura de cartílago La rotura de cartílago es un tipo común de lesión articular, sobre todo en el deporte. Afecta con mayor frecuencia al cartílago de la rodilla, y esta pieza de cartílago se denomina menisco, pero también suelen lesionarse cartílagos de articulaciones como el hombro, la cadera, el tobillo y el codo.
El tratamiento de la rotura de cartílago depende de la extensión y la localización del desgarro. Un desgarro grave puede hacer que el cartílago se deteriore con el tiempo, por lo que puede recomendarse una intervención quirúrgica. El cartílago desgarrado no puede curarse muy bien por sí solo, porque no suele tener riego sanguíneo propio; por lo tanto, debe repararse.
El cartílago articular es el tejido protector que recubre los extremos de los huesos en las articulaciones. Constituye una capa resistente y amortiguadora que proporciona amortiguación entre los huesos, facilitando así un movimiento suave. Existen distintos tipos de cartílago en otras partes del cuerpo, como la nariz y las orejas.