Ejercicios para la artritis
Es posible que no pueda volver a sus niveles habituales de ejercicio inmediatamente y que las mejoras sean lentas al principio. Sin embargo, una vuelta gradual a las actividades normales es la mejor forma de obtener buenos resultados a corto y largo plazo tras un problema en la muñeca, la mano o el dedo.
Al hacer ejercicio debe prestar atención a sus niveles de dolor, sobre todo en las primeras fases. Es posible que los ejercicios aumenten ligeramente los síntomas al principio. Sin embargo, con el tiempo deberían resultar más fáciles y, con la práctica regular, pueden ayudar a mejorar el movimiento de las muñecas, las manos o los dedos.
En general, el ejercicio no debería empeorar el dolor existente en la muñeca, la mano o los dedos. Sin embargo, la práctica de nuevos ejercicios puede causar a veces dolor muscular a corto plazo, a medida que el cuerpo se acostumbra a moverse de nuevas maneras. Este tipo de dolor debería aliviarse rápidamente y no debería empeorar a la mañana siguiente de haber hecho ejercicio.
A medida que puedas hacer más repeticiones, puede ser útil dividir los ejercicios en series. Esto significa que puedes hacer más repeticiones a la vez, pero las harás con menos frecuencia a lo largo del día. Por ejemplo:
¿Cómo se desbloquean los dedos artríticos?
Introduce los dedos en agua caliente durante 5-10 minutos por la mañana y ejercítalos mientras están en remojo cerrando suavemente el puño y luego separando todos los dedos. Este proceso debe realizarse lenta y suavemente en agua templada. Los ejercicios de estiramiento de los músculos y tendones de las manos deben realizarse adecuadamente.
¿Existe algún remedio para los dedos artríticos?
Las dos principales opciones quirúrgicas para la artritis de la mano son la fusión (artrodesis) y la sustitución total de los nudillos (artroplastia).
¿Cómo puedo evitar que se me deformen los dedos con la artritis?
Ejercicios sencillos como flexionar y doblar, tocar y deslizar los dedos pueden ayudar a mantenerlos ágiles. Mantenerse físicamente activo y, al mismo tiempo, tomar precauciones adicionales contra las lesiones es vital no sólo para prevenir la artritis, sino también para su salud física en general.
10 ejercicios para los dedos
Tanto si padece osteoartritis (desgaste de las articulaciones) como si sufre una enfermedad inflamatoria autoinmune como la artritis reumatoide, la rigidez de las manos puede ser una de las partes más frustrantes del día a día de la artritis.
Aunque la osteoartritis y la artritis inflamatoria afectan a las articulaciones de forma diferente, se ha demostrado que el ejercicio mejora la flexibilidad y la amplitud de movimiento, reduce el daño articular y disminuye los síntomas de dolor.
Según la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos, el ejercicio aumenta el flujo sanguíneo al cartílago dañado, ayudándolo a mantenerse sano y a prevenir una mayor degradación; el ejercicio también fortalece los músculos que rodean las articulaciones para ayudar a aliviar parte de la presión.
Además, en el caso de la osteoartritis, “estos ejercicios ayudan a aumentar la producción de líquido sinovial, que lubrica las articulaciones para que no sintamos esa rigidez”, dice Karen Jacobs, EdD, OT, OTR, CPE, FAOTA, terapeuta ocupacional que trabaja con pacientes de artritis y profesora clínica de la Universidad de Boston.
El “ejercicio” no tiene por qué significar una sesión de resistencia de 45 minutos para todo el cuerpo. Unos estiramientos sencillos y rápidos para las manos pueden ayudar a mantener estas partes cruciales del cuerpo tonificadas y preparadas para las actividades del día. Como siempre, consúltalo con tu médico antes de empezar un régimen de ejercicios. Un terapeuta ocupacional o fisioterapeuta especialista en manos también puede ayudarle a desarrollar el plan de ejercicios de manos más adecuado para usted.
Osteoartritis de la mano
La artrosis es una enfermedad crónica y progresiva que se caracteriza por la pérdida del cartílago que recubre y protege los extremos de los huesos donde se unen en una articulación. Sin esta capa protectora, el hueso roza con el hueso, provocando irritación e inflamación. El resultado es dolor y rigidez en la articulación y, a menudo, dolor en los músculos y ligamentos que la rodean.
La artrosis es la principal causa de discapacidad en Estados Unidos. La padecen casi el mismo número de mujeres que de hombres, pero las mujeres tienden a desarrollar síntomas a partir de los 55 años, unos 10 años más tarde que los hombres. Afecta sobre todo a las caderas, las rodillas, la columna vertebral y las manos.
Dado que la mayoría de las personas diagnosticadas de artrosis son mayores -aproximadamente la mitad de los mayores de 65 años la padecen en algún grado-, durante mucho tiempo se ha considerado una parte normal del envejecimiento que refleja toda una vida de desgaste del cartílago. Pero los expertos saben ahora que, además de la edad, intervienen muchos otros factores. El riesgo de artrosis puede ser hereditario. Una lesión o enfermedad también puede desencadenar el deterioro. El ritmo de progresión depende de la genética, las fuerzas biomecánicas y los procesos biológicos y químicos, que varían de una persona a otra.
Ejercicios de estiramiento de las manos
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La artritis es la causa más frecuente de dolor en las manos. En la artritis, el cartílago presente en las articulaciones comienza a romperse, lo que provoca dolor y rigidez en las articulaciones de los dedos. Este dolor puede empeorar si utilizas las manos para movimientos repetitivos como escribir o teclear. Poco a poco también puede perder fuerza en las manos, lo que puede dificultar incluso tareas cotidianas sencillas como abrir un tarro o cocinar.
Una forma sencilla y no invasiva de mejorar la flexibilidad, la amplitud de movimiento, fortalecer los músculos y aliviar el dolor de la artritis es hacer ejercicios para las manos. Pueden ayudar a mejorar los movimientos de la mano y reducir las molestias.
Los músculos y tendones de las manos ayudan a mover los dedos, el pulgar y la muñeca siguiendo un patrón determinado que permite realizar diferentes movimientos, como escribir, sujetar objetos o teclear. Cuando la amplitud de movimiento se ve afectada, por ejemplo si no puede doblar el pulgar sin dolor, puede tener dificultades para realizar tareas rutinarias como escribir o sujetar objetos.