Arco alto

La mayoría de los bebés nacen con el pie plano y desarrollan el arco a medida que crecen. Pero en algunos niños el arco nunca llega a desarrollarse del todo. Tener el pie plano no suele ser motivo de preocupación y no debería interferir en la práctica deportiva. A veces, los médicos recomiendan colocar soportes en los zapatos para aliviar el dolor de pies.

Los bebés pueden tener un giro natural de las piernas hacia dentro hasta que empiezan a ponerse de pie. Pero a medida que crecen, algunos pueden caminar con los pies girados hacia dentro. El giro hacia dentro no suele interferir al caminar, correr o hacer deporte, y a menudo termina por sí solo cuando los niños llegan a la adolescencia.

La marcha de puntillas es frecuente entre los niños pequeños cuando aprenden a andar. Suele desaparecer a los 2 años, pero en algunos niños persiste. Si un niño por lo demás sano sigue caminando de puntillas, los médicos pueden recomendarle fisioterapia para que aprenda ejercicios de estiramiento.

¿Cuál es la causa de que el pie se gire hacia dentro al caminar?

Puede deberse a varios factores, pero normalmente se debe a un desequilibrio muscular en los pies. Si algunos músculos están más débiles y otros más tensos, podrías estar cargando más peso en unas partes de los pies que en otras. Los pies supinados también pueden causar dolor en la pelvis y en la parte inferior de la columna vertebral (columna lumbar).

¿Cómo corrijo mi pronación al caminar?

Para evitar que tus arcos se hundan a cada paso, necesitas un calzado resistente y que te proporcione apoyo. Un calzado con el arco plantar bien sujeto mantendrá el pie alineado y le proporcionará estabilidad. Evita cualquier calzado con suelas flexibles, especialmente los zapatos “minimalistas” de moda.

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¿Cómo se llama cuando se camina con los pies hacia dentro?

Cuando los pies apuntan hacia dentro al caminar. Ocurre en muchos niños que están aprendiendo a andar.

Corregir la sobrepronación

La fascitis plantar es una de las causas más comunes de dolor en la parte inferior del talón, el arco o ambas zonas. La fascia plantar es una banda gruesa, fibrosa y ligamentosa de la parte inferior del pie. Está unida al talón, discurre hacia delante a lo largo del pie y se une de nuevo a la bola del pie.

Con cada paso que damos, el peso de nuestro cuerpo recae primero en el talón y luego gradualmente a lo largo del pie. Cuando el pie empieza a soportar peso, se aplana. Esto ejerce presión sobre la fascia plantar, que tiene muy poca elasticidad. Al caminar, la fascia plantar tira de su fijación en el talón.

Si el pie está bien alineado, este tirón no causa problemas. Si el pie está en pronación, es decir, si gira hacia fuera a la altura del tobillo, el arco cae demasiado y se produce una tracción anormal de la fascia plantar, que es bastante rígida. Esto provoca un tirón anormalmente fuerte en el talón, donde se une la fascia plantar.

Cuando se tiene fascitis plantar, se suele sentir dolor en la parte inferior del talón o en el arco del pie. Algunas personas describen el dolor como un moratón o una molestia. El dolor tiende a desaparecer gradualmente cuando se empieza a caminar. Al seguir caminando, el dolor puede reaparecer, pero suele desaparecer tras el reposo. Si la fascia plantar inflamada irrita un nervio del pie, el dolor puede irradiarse al tobillo.

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Sobrepronación deutsch

Síndrome del Navicular Accesorio: Cuando su hijo adolescente se queja de dolor en la parte interior del pie, justo encima del arco, es posible que tenga un hueso o cartílago adicional allí. Este hueso adicional es inofensivo, pero si irrita los huesos que lo rodean, requiere tratamiento.

Tendinitis de Aquiles: El tendón de Aquiles conecta los músculos de la pantorrilla con el hueso del talón. Puede soportar mucho estrés y actividad, pero puede romperse o empezar a romperse si corres y saltas mucho, o si estás mucho tiempo de pie. Puede aparecer dolor y rigidez, sobre todo por las mañanas.

Pie plano adquirido: Una serie de afecciones diferentes pueden crear un pie plano doloroso, por lo que los síntomas pueden variar de un paciente a otro. Puede tener dolor a lo largo de la parte interior del pie que empeora cuando camina o hace ejercicio, o puede sentir presión en el hueso exterior del tobillo. Si se trata de una lesión antigua, pueden formarse protuberancias dolorosas en el centro del pie.

Síndrome de pinzamiento anterior del tobillo: Cuando se forman espolones óseos en la parte delantera de la articulación del tobillo. Pueden causar pinzamiento de los nervios del interior del tobillo. Los médicos lo observan en atletas que tienen muchas lesiones pequeñas en el tobillo, sobre todo en futbolistas.

Ejercicios de sobrepronación

La artritis reumatoide es una enfermedad crónica que ataca a múltiples articulaciones de todo el cuerpo. Suele comenzar en las pequeñas articulaciones de las manos y los pies, y suele afectar a las mismas articulaciones en ambos lados del cuerpo.

La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune. Esto significa que el sistema inmunitario ataca a sus propios tejidos. En la AR, las defensas que protegen al organismo de las infecciones dañan en cambio el tejido normal (como cartílagos y ligamentos) y reblandecen el hueso.

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Las articulaciones del cuerpo están recubiertas por un revestimiento -llamado membrana sinovial- que lubrica la articulación y facilita su movimiento. La artritis reumatoide provoca una hiperactividad de este revestimiento. Se hincha e inflama, destruyendo la articulación, así como los ligamentos y otros tejidos que la sostienen. El debilitamiento de los ligamentos puede causar deformidades articulares, como dedos en garra o en martillo. El reblandecimiento del hueso (osteopenia) puede provocar fracturas por estrés y colapso óseo.

La artritis reumatoide no es una enfermedad aislada de los huesos y las articulaciones. Afecta a los tejidos de todo el cuerpo, causando daños en los vasos sanguíneos, los nervios y los tendones. Las deformidades de manos y pies son los signos más evidentes de la AR. En aproximadamente el 20% de los pacientes, los síntomas en pies y tobillos son los primeros signos de la enfermedad.