Diferencia entre hinchazón y edema

La artritis inflamatoria es una enfermedad que muchas personas padecen durante toda su vida. Sin embargo, gracias a los avances en el tratamiento, existen medicamentos innovadores que pueden retrasar e incluso detener la progresión de la enfermedad, así como enfoques no farmacológicos que pueden ayudar a aliviar los síntomas para que pueda llevar una vida plena y productiva.

La artritis inflamatoria describe un grupo de enfermedades causadas por un sistema inmunitario hiperactivo. Los síntomas más frecuentes son dolor y rigidez articular. Las articulaciones afectadas pueden estar calientes, hinchadas y sensibles. Pero la artritis inflamatoria también puede afectar a otros tejidos del organismo, como los pulmones, el corazón, los ojos, la piel y otros órganos. Si no se trata, puede causar daños irreversibles. El tratamiento precoz es la mejor manera de aliviar los síntomas y limitar los efectos de la artritis inflamatoria en el organismo.

Aunque no se sabe qué causa la artritis inflamatoria en cada paciente, lo que sí se sabe es que el sistema inmunitario no sabe cuándo pisar el freno. Normalmente, cuando estamos expuestos a bacterias, virus u hongos, el sistema inmunitario produce unos glóbulos blancos llamados linfocitos, así como proteínas inmunitarias para organizar un ataque contra estos invasores. Los linfocitos y las proteínas inmunitarias causan inflamación, que en circunstancias normales es limitada y se resuelve una vez que la sustancia extraña es derrotada.

¿Es lo mismo edema que inflamación?

La hinchazón es cualquier agrandamiento anormal de una parte del cuerpo. Suele ser el resultado de una inflamación o una acumulación de líquido. El edema describe la hinchazón en el tejido exterior de la articulación. La efusión describe la hinchazón dentro de una articulación, como un tobillo o una rodilla hinchados.

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¿El edema forma parte de la inflamación?

Inmediatamente después de una lesión, la zona traumatizada se enrojece, se calienta, duele y empieza a hincharse. El proceso de hinchazón, también conocido como edema, es el resultado de una inflamación aguda, una respuesta desencadenada por el daño a los tejidos vivos.

¿Por qué se asocia la inflamación con el edema?

El edema es una hinchazón por acumulación de líquido en los tejidos corporales. Las lesiones en tejidos u órganos pueden causar este trastorno, que provoca la liberación de mediadores químicos y desencadena el proceso inflamatorio. Los mediadores inflamatorios, cuando se liberan en respuesta a lesiones, promueven reacciones biológicas en el lugar afectado.

Inflamación frente a infección

La inflamación tiene muchas causas, como infecciones, lesiones y enfermedades. Los signos de inflamación ayudan al personal sanitario a hacer un diagnóstico. Cinco signos cardinales caracterizan esta respuesta: dolor, calor, enrojecimiento, hinchazón y pérdida de función. Sin embargo, en algunos casos puede no haber ningún síntoma de inflamación.

La inflamación es un proceso complejo en el que intervienen diversas proteínas celulares y de señalización que protegen al organismo de infecciones y sustancias extrañas, como bacterias y virus. La inflamación ayuda al organismo mediante la producción de glóbulos blancos, que el cuerpo necesita para combatir las infecciones.

A veces, el sistema inmunitario desencadena una respuesta inflamatoria de forma inadecuada. Es el caso de las enfermedades autoinmunes. El cuerpo compensa atacando sus propios tejidos sanos, actuando como si estuvieran infectados o fueran anormales.

Cuando se inicia el proceso inflamatorio, las sustancias químicas de los glóbulos blancos se liberan en la sangre y los tejidos afectados para proteger el organismo. Las sustancias químicas aumentan el flujo sanguíneo a las zonas infectadas o lesionadas del cuerpo, provocando enrojecimiento y calor.

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Hinchazón e inflamación del nervio óptico

La enfermedad pulmonar intersticial se refiere a un grupo de unos 100 trastornos pulmonares crónicos caracterizados por inflamación y cicatrización que dificultan que los pulmones reciban suficiente oxígeno. La cicatrización se denomina fibrosis pulmonar.

La fibrosis conduce a la pérdida permanente de la capacidad del tejido pulmonar para transportar oxígeno. Los alvéolos pulmonares, así como el tejido pulmonar que los rodea y los capilares pulmonares, se destruyen cuando se forma el tejido cicatricial.

La enfermedad puede tener un curso gradual o rápido. Las personas que la padecen pueden notar variaciones en los síntomas, desde muy leves a moderados o muy graves. La enfermedad puede permanecer igual durante mucho tiempo o cambiar rápidamente. El curso de la enfermedad es impredecible. Si progresa, el tejido pulmonar se espesa y se vuelve rígido, dificultando la respiración.

Además de una historia clínica completa y un examen físico, el médico puede solicitar pruebas de la función pulmonar. Estas pruebas ayudan a medir la capacidad de los pulmones para hacer entrar y salir el aire. Pueden incluir:

Inflamación crónica

Aunque la hinchazón se considera una de las cinco características de la inflamación, también puede producirse independientemente de ésta. La inflamación se caracteriza por cinco síntomas: enrojecimiento, hinchazón, calor, dolor y pérdida de la función tisular.

A menudo utilizados indistintamente, “hinchazón” e “inflamación” son en realidad dos términos distintos. Mientras que la inflamación se clasifica como una respuesta protectora del sistema inmunitario a una lesión, infección o irritación, la hinchazón está causada por la acumulación de líquido en los tejidos de una región específica o de todo el cuerpo.

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Si no se trata, la hinchazón puede volverse cada vez más dolorosa y causar dificultad para caminar, rigidez, estiramiento de la piel (que puede llegar a picar e incomodar), mayor riesgo de infección en la zona hinchada, formación de cicatrices entre las capas de tejido, disminución de la circulación sanguínea, disminución de la elasticidad de arterias, venas, articulaciones y músculos, y mayor riesgo de úlceras cutáneas.

La inflamación tiene un gran impacto en nuestra salud y calidad de vida. Es un cambio reactivo local que implica la liberación de agentes antibacterianos de las células cercanas que defienden al huésped contra la infección. También facilita la curación y reparación tempranas de los tejidos. Protege del agente infeccioso o nocivo y sirve como mecanismo de defensa que el organismo puede utilizar para restablecer su forma morfológica y función normales.