Si disfunción articular
El dolor de la articulación sacroilíaca (SI) se siente en la parte baja de la espalda y las nalgas. El dolor está causado por daños o lesiones en la articulación entre la columna vertebral y la cadera. El dolor sacroilíaco puede simular otras afecciones, como una hernia discal o un problema de cadera. Es importante un diagnóstico preciso para determinar el origen del dolor. La fisioterapia, los ejercicios de estiramiento, los analgésicos y las inyecciones articulares se utilizan en primer lugar para controlar los síntomas. Puede recomendarse la cirugía para fusionar la articulación y detener el movimiento doloroso.
Las articulaciones sacroilíacas están situadas entre los huesos ilíacos y el sacro, conectando la columna vertebral con las caderas. Las dos articulaciones proporcionan apoyo y estabilidad, y desempeñan un papel importante en la absorción de impactos al caminar y levantar peso. Desde atrás, las articulaciones sacroilíacas se encuentran debajo de la cintura, donde son visibles dos hoyuelos.
Las articulaciones sacroilíacas están sujetas por ligamentos y músculos fuertes. La articulación tiene un movimiento muy reducido para la flexibilidad normal del cuerpo. A medida que envejecemos, nuestros huesos se vuelven artríticos y los ligamentos se endurecen. Cuando el cartílago se desgasta, los huesos pueden rozarse causando dolor (Fig. 1). La articulación sacroilíaca es una articulación sinovial llena de líquido. Este tipo de articulación tiene terminaciones nerviosas libres que pueden causar dolor crónico si la articulación degenera o no se mueve correctamente.
¿Por qué no mejora mi articulación sacroilíaca?
Uso excesivo. El estrés repetitivo de las actividades puede ejercer una presión desproporcionada sobre la articulación sacroilíaca, provocando dolor e inflamación. Esta afección es especialmente notable en los deportistas de alto nivel, y si no se toman un descanso o reducen la cantidad de actividad, es probable que su dolor no mejore.
¿El dolor de la sacroileítis desaparece alguna vez?
La sacroileítis rara vez desaparece por sí sola. En ocasiones, un caso agudo puede desaparecer por sí solo con reposo, pero la mayoría de los casos necesitarán algún tipo de tratamiento. Si los síntomas no remiten tras unos días de analgésicos sin receta y reposo, lo mejor es que pida cita pronto.
¿Cuánto tarda en curarse la sacroileítis?
La mayoría de los pacientes con sacroileítis tienen un pronóstico excelente. Sin embargo, la recuperación puede llevar de 2 a 4 semanas. Las recidivas son frecuentes si los pacientes no cambian su estilo de vida.
Tratamiento de la sacroileítis
Aunque puede ser difícil reconocer la espondilitis anquilosante en sus primeras fases, lo ideal es un diagnóstico precoz. Cuando los pacientes reciben un diagnóstico precoz, pueden empezar el tratamiento antes de que la enfermedad haya avanzado mucho, lo que les ayuda a conservar la flexibilidad y el movimiento de las articulaciones.
Se recomienda a los pacientes que tengan próximas citas que piensen en estas cuestiones con antelación e incluso que anoten fechas y detalles. Un historial médico preciso puede ayudar al médico a hacer un diagnóstico.
Si el médico sospecha que un paciente tiene espondilitis anquilosante, es probable que lo remita a un reumatólogo . Un reumatólogo es un médico formado para reconocer los síntomas de la espondilitis anquilosante y afecciones similares. El reumatólogo suele realizar una historia clínica, un examen físico y otras pruebas antes de descartar o diagnosticar la espondilitis anquilosante en un paciente.
La evidencia radiográfica de sacroileítis -inflamación de la articulación sacroilíaca en la base de la columna vertebral- es uno de los signos más reveladores de la espondilitis anquilosante. Sin embargo, un paciente puede sentir sacroileítis u otro dolor de espalda años antes de que los cambios en la anatomía de la columna puedan verse en las radiografías.
Si dolor articular ejercicios a evitar
La aplicación de calor o frío en la zona aliviará el dolor local. La aplicación de una compresa fría ayudará a reducir la inflamación de la zona. La aplicación de calor, como una almohadilla térmica o una bañera de hidromasaje, ayudará a estimular el flujo sanguíneo y aportará nutrientes curativos a la zona.
Cambiar la postura al dormir puede ayudar a aliviar el dolor mientras se duerme y al despertarse. Para la mayoría de los pacientes es mejor dormir de lado, con una almohada entre las rodillas para mantener las caderas alineadas.
Para muchos, los analgésicos de venta libre, como el paracetamol, y/o los antiinflamatorios, como el ibuprofeno, alivian suficientemente el dolor. Pueden recomendarse medicamentos con receta, como el tramadol (marca Ultram), o un tratamiento breve con analgésicos narcóticos, o relajantes musculares para ayudar a reducir los espasmos musculares dolorosos.
En caso de dolor intenso, puede recomendarse una inyección en la articulación sacroilíaca, tanto para confirmar que la articulación sacroilíaca es el origen del dolor como para introducir la medicación antiinflamatoria directamente en la articulación. La inyección se realiza con guía fluoroscópica, que es un tipo de radiografía en directo, para garantizar la correcta colocación de la aguja en la articulación. La inyección suele incluir un agente anestésico, como la lidocaína, y un esteroide, que es un potente antiinflamatorio.
Si dolor articular
En una operación de fusión, se utiliza un injerto óseo y/o instrumentos para fomentar el crecimiento óseo sobre la articulación sacroilíaca y crear una unidad inmóvil. La fusión articular puede reducir eficazmente el dolor y la inestabilidad causados por la disfunción o inflamación de la articulación sacroilíaca (sacroileítis).
La articulación sacroilíaca es una articulación de bajo movimiento que conecta los huesos de la cadera a ambos lados del sacro, actuando principalmente como amortiguador entre la parte inferior del cuerpo y el torso. Esta articulación también puede considerarse como el punto donde la base de la columna vertebral se conecta con la pelvis. La articulación sacroilíaca es una combinación de una articulación sinovial y los ligamentos sacroilíacos.
La disfunción de la articulación sacroilíaca (también llamada articulación SI) puede producir un dolor lumbar importante, así como dolor pélvico, inguinal y de cadera. La disfunción de la articulación sacroilíaca puede ser el resultado de demasiado movimiento, demasiado poco movimiento o inflamación de la articulación.
Las mujeres que han estado embarazadas tienen un mayor riesgo de desarrollar dolor en la articulación sacroilíaca debido a los cambios que se producen en la pelvis tras el embarazo y el parto. Existen pruebas convincentes de que las personas que se han sometido a una fusión espinal lumbar corren un mayor riesgo de padecer dolor en la articulación sacroilíaca.