Cómo ignorar el dolor
Si usted es como al menos 3 de cada 10 personas que sufren dolor crónico en EE.UU., sabe lo grave que es. Mientras que el dolor a corto plazo suele curarse, el dolor crónico dura más de tres meses, duele la mayor parte del tiempo y se interpone en las actividades cotidianas.
El dolor crónico tiene muchas causas, como lesiones, enfermedades y estrés físico, emocional o social prolongado. El cerebro decide cuándo le duele a uno, pero eso no significa que el dolor esté en su cabeza. Por ejemplo, el dolor no siempre está causado por una parte del cuerpo rota o desgastada. El dolor crónico puede deberse a que el cerebro lee las señales enviadas por el cuerpo y las devuelve a éste. Cuantas más señales reciba el cerebro y cuanto más etiquete éste las señales como dolor, más tiempo pueden durar las dificultades con el dolor.
El dolor de cada persona es diferente, y hay muchas causas de empeoramiento del dolor. El estrés, la depresión, la ira, la ansiedad o el miedo, los pensamientos poco útiles, el aislamiento, el no hacer nada y el hacer demasiado pueden crear más señales de dolor en el cuerpo. Hacerse cargo de uno mismo ayuda a gestionar mejor el dolor crónico.
¿Cómo puedo hacer que dejen de dolerme y dolerme los pies?
Un buen remojo
Un baño de pies caliente con sal de Epsom puede aliviar los músculos doloridos y reducir la hinchazón de los pies. Para preparar un baño de pies con sales de Epsom, el Almanaque del Agricultor recomienda añadir media taza de sales de Epsom a un recipiente con agua caliente lo suficientemente grande como para sumergir los pies. Sumerge los pies durante unos 20 minutos.
¿Qué puedo tomar para que deje de dolerme el pie?
Tomar un antiinflamatorio
Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como la aspirina o el ibuprofeno, pueden ayudar a aliviar el dolor y reducir la hinchazón, proporcionando alivio durante unas horas seguidas y convirtiéndolos en un excelente tratamiento de la inflamación del pie.
¿Cuáles son las causas del dolor de pies?
Las lesiones, el uso excesivo o la inflamación de cualquiera de los huesos, ligamentos o tendones del pie pueden causar dolor de pies. La artritis es una causa frecuente de dolor de pies. Las lesiones de los nervios del pie pueden provocar un intenso ardor, entumecimiento u hormigueo (neuropatía periférica).
Cómo cuidar los pies
Añadir sales de Epsom al agua puede ser muy relajante. Puedes encontrar sales de Epsom en la sección de primeros auxilios o cuidado de los pies de farmacias y grandes superficies. Espolvorea una o dos cucharadas soperas en un litro de agua tibia. Si tienes los pies hinchados, calientes o cansados, utiliza agua fría en lugar de caliente. Después, eleve los pies durante media hora o más.
Para incluir los músculos de la pantorrilla, pruebe el estiramiento del corredor. Colóquese a varios metros de una pared o mostrador. Inclínese hacia delante, apoyando las manos en la pared. Sienta un buen estiramiento en la parte posterior de las piernas.
Aplícate aceite o loción en las plantas de los pies. A continuación, masajéalos, presionando suavemente en las zonas doloridas. Concéntrate en la fascia plantar, la banda en forma de cordón que recorre el arco plantar desde el metatarso hasta el talón.
Para localizar la fascia plantar, flexiona los dedos del pie hacia arriba. Debería poder sentirla si sigue la parte inferior del dedo gordo hacia abajo a través del arco. Mantener la fascia plantar relajada es una buena idea. Actúa como amortiguador cuando los pies golpean el suelo. De hecho, si te duelen los talones, la fascia plantar tensa o lesionada puede ser la causa.
Consejos para el dolor crónico
Si haría cualquier cosa por aliviar esa sensación de dolor y sensibilidad en los pies tras un largo día sobre ellos, no es el único. Estar de pie sin descansar durante largos periodos de tiempo puede provocar una gran variedad de problemas, ya que los pies sostienen todo el cuerpo y sus movimientos.
Estar mucho tiempo de pie puede agravar el dolor causado por callosidades, durezas u otras deformidades de los pies. Si padece dolor de pies por permanecer de pie durante largos periodos de tiempo, pruebe las siguientes medidas para controlar y prevenir las molestias en los pies.
Puede parecer de sentido común, pero es esencial llevar zapatos que se ajusten bien. Deben tener un buen soporte para el arco y el talón, y ajustarse a la forma de tus pies. La planta del pie debe encajar en la parte más ancha del zapato y el talón debe caber sin resbalar.
Los músculos sobrecargados tienden a contraerse o sufrir espasmos. Para contrarrestar esta tensión, estira los pies con regularidad. Pruebe a estirarlos después de un baño caliente, cuando los músculos están relajados. Siéntese en una posición cómoda y estire suavemente las articulaciones de los tobillos y los dedos de los pies con las manos o con una correa para aliviar el dolor y las molestias.
Cómo afrontar el dolor emocional
Tanto si padece una afección en los pies, como la fascitis plantar, como si simplemente se ha equivocado de calzado hoy, existen muchas formas de tratar el dolor de pies que también pueden ayudarle a reducir o prevenir el dolor en el futuro.
Los tratamientos caseros pueden ser muy útiles para aliviar el dolor de pies. Tanto si te has torcido el tobillo como si has estado trabajando largas jornadas, las siguientes son formas estupendas de aliviar un poco el dolor y dar un respiro a tus pies.
¿Cómo se puede reducir la inflamación de los pies? Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como la aspirina o el ibuprofeno, pueden ayudar a aliviar el dolor y reducir la hinchazón, proporcionando alivio durante unas horas seguidas y convirtiéndolos en un excelente tratamiento de la inflamación de los pies.
Los AINE son de venta libre, y es probable que alguna vez los hayas tomado para un dolor de cabeza, por ejemplo. Pero es una buena idea hablar con tu médico antes de empezar a tomar cualquier medicamento con regularidad.
Por lo general, la terapia fría con hielo se recomienda para lesiones agudas, como un esguince de tobillo, o en caso de hinchazón. En cambio, la terapia con calor puede ser mejor para el dolor crónico de pies, ya que ayuda a aliviar las articulaciones rígidas y a relajar los músculos. Sin embargo, según el dolor o el estado del pie, puede ser útil una combinación de ambos.