Rotura de fibras musculares deutsch
Una distensión de pantorrilla es una lesión del músculo gastrocnemio. Cuando se produce una distensión muscular, el músculo se estira demasiado. Las distensiones menos graves estiran el músculo más allá de su recorrido normal. Las distensiones más graves desgarran las fibras musculares e incluso pueden provocar un desgarro completo del músculo.
Los músculos de la pantorrilla suelen sufrir distensiones al correr o caminar, ya que su función es controlar el hueso del talón y, por lo tanto, son más activos durante la fase de impulso al caminar y correr.
Las distensiones de pantorrilla son más frecuentes en hombres de entre 30 y 50 años. Por lo general, las personas que sufren una distensión de pantorrilla notan un dolor repentino y agudo en la parte posterior de la pierna; a menudo acaban de reanudar el ejercicio después de mucho tiempo.
El músculo que con más frecuencia se lesiona cuando se produce una distensión de pantorrilla es el gastrocnemio medial. Este músculo se encuentra en la cara interna de la parte posterior de la pierna. La lesión suele producirse justo por encima del punto medio de la pierna (entre la rodilla y el tobillo). Esta zona de la pantorrilla se vuelve sensible y se hincha cuando se produce una distensión muscular.
¿Cómo saber si las fibras musculares se están desgarrando?
Síntomas de los desgarros musculares
Espere dolor y molestias, así como espasmos e hinchazón en la zona afectada. Dependiendo de la gravedad de la distensión, es posible que le resulte difícil mover la zona, si es que puede hacerlo. Puede notar hinchazón, así como hematomas y decoloración, acompañados de una sensación de “nudo” o rigidez.
¿Puedes sentir las fibras musculares desgarradas?
El grado 3 es el más grave y suele provocar una rotura completa de las fibras. Algunos pacientes tienen la sensación de que el músculo se desgarra. Puede aparecer un bulto o un hematoma en el lugar del desgarro. A menudo se puede palpar un hueco en el músculo.
¿Qué se siente cuando se rompe un músculo de la pantorrilla?
Sensación de chasquido o estallido en la pantorrilla. Dolor repentino en la parte posterior de la pantorrilla, como si alguien le hubiera dado una patada. Hinchazón y hematomas en el músculo de la pantorrilla. Hendidura visible bajo la piel en el lugar donde se ha desgarrado el músculo.
Tipos de contracturas
Los dolores, los esguinces y las agujetas son habituales cuando se intenta ponerse en forma. Sin embargo, los desgarros musculares (también denominados distensiones) pueden ser más problemáticos. Los deportistas que fuerzan su cuerpo más allá del punto de rotura -haciendo repeticiones forzadas o entrenamientos extremos- son muy propensos a sufrir lesiones más intensas, entre las que se incluyen los desgarros musculares. Lo mismo ocurre con las personas que inician un programa de ejercicios sin preparación, así como con las que pueden sufrir un accidente laboral. El hecho es que, si tienes un músculo, puede sufrir una distensión o un desgarro. Esto es lo que debe saber sobre los desgarros musculares y, lo que es más importante, cómo solucionarlos si no ha sido capaz de prevenirlos desde el principio.
Los desgarros musculares pueden producirse cada vez que el músculo se tensa o se estira en exceso. Esto puede ocurrir como resultado del agotamiento y la fatiga, el uso inadecuado o el uso excesivo. Aunque cualquier músculo puede verse afectado, los desgarros musculares suelen producirse en la zona lumbar, el cuello, los hombros y los isquiotibiales.
Los desgarros musculares se clasifican según la gravedad de la lesión: leve, que es una simple distensión que afecta al 5% de las fibras de un músculo; moderado, que es de hasta el 25%-30% y va acompañado de hinchazón, disminución de la amplitud de movimiento y dolor; y grave, que es un desgarro real de un músculo que va acompañado de una gran hinchazón.
Contracturas por inmovilidad
Alrededor de 23 millones de personas, es decir, el 10% de la población estadounidense, padecen uno o más trastornos crónicos del sistema musculoesquelético.1 Los trastornos musculoesqueléticos son la principal causa de discapacidad en la población en edad laboral y se encuentran entre las principales causas de discapacidad en otros grupos de edad.2 El síndrome de dolor miofascial es un trastorno muscular doloroso común causado por puntos gatillo miofasciales.3 Debe diferenciarse del síndrome de fibromialgia, que implica múltiples puntos sensibles o puntos dolorosos.3 Estos síndromes de dolor suelen ser concomitantes y pueden interactuar entre sí.
Los puntos gatillo son puntos discretos, focales e hiperirritables situados en una banda tensa de músculo esquelético. Estos puntos son dolorosos a la compresión y pueden producir dolor referido, sensibilidad referida, disfunción motora y fenómenos autonómicos.4
Los puntos gatillo se clasifican en activos o latentes, en función de sus características clínicas.5 Un punto gatillo activo causa dolor en reposo. Es sensible a la palpación con un patrón de dolor referido que es similar al dolor que queja el paciente.3,5,6 Este dolor referido no se siente en el lugar de origen del punto gatillo, sino lejos de él. El dolor suele describirse como extendido o irradiado.7 El dolor referido es una característica importante de un punto gatillo. Diferencia un punto gatillo de un punto sensible, que se asocia con dolor sólo en el lugar de la palpación (Tabla 1).8
Fisioterapia para el tratamiento de contracturas
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Muchos de nosotros hemos experimentado un fuerte ardor, entumecimiento y hormigueo después de golpearnos el “hueso de la risa”. Esto se debe a un traumatismo en el nervio cubital del codo. Una molestia similar puede producirse al dormir sobre un brazo o una pierna en una posición extraña.
El cerebro y la médula espinal se consideran el sistema nervioso central. La información entrante y saliente viaja por los nervios del brazo de forma similar a un cable telefónico. Estos nervios se consideran el sistema nervioso periférico. La información relativa al entorno, como el calor, el frío y la posición de nuestro bolígrafo, se transmite por los nervios sensoriales. Los nervios motores llevan la información bioeléctrica a los músculos, lo que provoca la contracción y el movimiento. Los otros componentes de este sistema periférico son la unión neuromuscular, donde el nervio se encuentra con el músculo, y el propio músculo.