Tiempo de recuperación de una fractura de tobillo

Un varón de 25 años está corriendo y tropieza con un bordillo, sufriendo una lesión por torsión del tobillo. Presenta una deformidad evidente en el tobillo. Es trasladado en ambulancia al centro de traumatología más cercano, donde se comprueba que la lesión está cerrada y que su estado neurovascular está intacto. Las radiografías revelan una fractura/dislocación trimaleolar del tobillo. Tras la reducción cerrada y el entablillado en el servicio de urgencias, se programa una reducción abierta y fijación interna para el día siguiente. Se obtiene un TAC del tobillo y, basándose en estos hallazgos, usted planea colocar al paciente en decúbito prono y realizar abordajes posterolaterales y mediales duales para tratar todos los fragmentos de la fractura. La reducción y la fijación estable del maléolo posterior son importantes para restaurar la función de la estructura que se ve en las figuras A/B?

La figura A es la radiografía de una mujer de 55 años de edad, diabética mal controlada, con neuropatía y enfermedad vascular periférica (EVP), a la que se practicó una fijación interna con reducción abierta del tobillo (ORIF) hace dos años en un centro externo. No cumplió las instrucciones postoperatorias inmediatas para soportar peso y la fijación fracasó. Posteriormente se sometió a una ORIF de revisión con injerto óseo poco después, como se ve en la figura B. Hace un año, se le retiró el hardware debido a una irritación. Las radiografías actuales se muestran en la figura C. Se queja de dolor continuo en el tobillo que no se puede controlar con tratamientos no quirúrgicos y le gustaría seguir con el tratamiento quirúrgico. Pregunta si la recuperación de la extremidad es una opción para ella. ¿Qué cirugía está más indicada en este momento?

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Fractura de Tillaux

Una fractura de tobillo (coloquialmente fractura de tobillo) es la fractura parcial o completa del peroné en la zona de la articulación del tobillo. Una lesión de este tipo suele provocar también daños en los tejidos blandos, por lo que un pie fracturado puede ser muy doloroso.

La fractura de tobillo es una de las fracturas más frecuentes del pie. Alrededor del 85% de este tipo de fracturas está causado por una luxación, que suele producirse por un paso en falso o una caída. En comparación, sólo alrededor del 10% de todas las fracturas se producen en el contexto de un accidente de tráfico y alrededor del 4% de las fracturas son causadas por fuerza directa. En la mayoría de los casos, la causa es una simple torsión del pie hacia dentro o hacia fuera.

Casi todo el mundo puede sufrir una fractura de tobillo, independientemente de la edad. Para quienes practican deportes o son atletas de competición, el aumento de la tensión per se también conlleva un mayor riesgo de fractura de tobillo. Torcerse un tobillo (traumatismo por torsión o supinación) al correr, hacer footing u otras actividades deportivas es uno de los accidentes más comunes en la vida cotidiana.

Fractura de tobillo Orthobullets

Si se habla de la articulación del tobillo, en realidad se habla de la “articulación superior del tobillo”. Está formada por tres huesos: La tibia, el peroné y el astrágalo. La tibia y el peroné forman una horquilla ósea (= horquilla maleolar), que rodea al hueso del tobillo en forma de U. La articulación superior del tobillo permite subir y bajar el pie.

La parte externa del tobillo es la apófisis articular del peroné, la parte interna es la apófisis articular de la tibia. Un complejo aparato ligamentoso garantiza la estabilidad de la articulación del tobillo: ligamentos externos, ligamentos internos y sindesmosis anterior y posterior (= una conexión ligamentosa muy firme entre la tibia y el peroné).

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Si, a pesar de estas conexiones relativamente estables, se produce una fractura de tobillo, la transmisión de fuerzas casi siempre provoca lesiones en los ligamentos. Además, deben examinarse ambos huesos de la parte inferior de la pierna para detectar fracturas óseas adicionales, especialmente si la parte interna del tobillo está implicada en todo el proceso hasta la rodilla. A veces se produce una fractura del peroné cerca de la articulación de la rodilla (=fractura de Maisonneuve) como lesión acompañante.

Fractura bimaleolar

Las fracturas de tobillo son lesiones frecuentes que pueden producirse desde una lesión trivial por torsión en pacientes ancianos y frágiles hasta un traumatismo de alta energía en una población joven. El tratamiento de estas fracturas tiene como objetivo restaurar la estabilidad y la alineación de la articulación para reducir el riesgo de artritis postraumática del tobillo.

La articulación del tobillo es una articulación sinovial en bisagra que se mueve en un plano para producir la dorsiflexión y la flexión plantar. Está formada por la articulación entre tres huesos: la tibia distal, el peroné distal y el astrágalo. Las porciones articulares de la tibia distal y el peroné forman juntas la mortaja del tobillo, que contiene el cuerpo del hueso astrágalo. La articulación del tobillo está formada por tres maléolos: el maléolo lateral (extremo distal del peroné), el maléolo medial (extremo medial inferior de la tibia) y el maléolo posterior.

La estabilidad de la articulación del tobillo viene dada por la articulación de la mortaja del tobillo con el cuerpo del astrágalo, la sindesmosis del tobillo, los ligamentos y los músculos que rodean la articulación del tobillo. La sindesmosis del tobillo es una articulación fibrosa que conecta la parte distal de la tibia y el peroné. La sindesmosis está formada por tres partes principales: el ligamento tibiofibular interóseo, el ligamento tibiofibular anterior inferior y el ligamento tibiofibular posterior inferior. El ligamento deltoideo se origina en el maléolo medial y se une a los huesos astrágalo, navicular y calcáneo y estabiliza la articulación del tobillo frente a la sobre eversión. El complejo de ligamentos laterales consta de tres ligamentos que se originan en el maléolo lateral y se unen al astrágalo (ligamentos talofibulares anterior y posterior) y al calcáneo (ligamento calcaneofibular). El complejo ligamentoso lateral resiste la inversión del tobillo. La articulación del tobillo está inervada por ramas articulares del nervio tibial y de los nervios peroneos superficial y profundo. Las ramas de las arterias peronea, tibial anterior y tibial posterior proporcionan el suministro arterial a la articulación del tobillo.

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