Síntomas de la fractura de la apófisis coracoides
ResumenLas fracturas de escápula son poco frecuentes y suelen asociarse a traumatismos de alta energía. La anatomía desfavorable de la escápula, combinada con la complejidad de los abordajes para la fijación de la fractura, hacen que el tratamiento sea un reto, incluso para cirujanos experimentados. Además, la literatura es controvertida en cuanto a las indicaciones quirúrgicas y la justificación del tratamiento. El presente artículo de revisión se diseñó para abordar y debatir los aspectos críticos de la toma de decisiones para el tratamiento de las fracturas escapulares, incluidas las indicaciones quirúrgicas y las consideraciones de seguridad del paciente.
Fig. 8Algoritmo de tratamiento propuesto para las fracturas del acromion por Hess et al. [18] La clasificación se basa en el sistema original descrito por Kuhn et al. [19]Imagen a tamaño completoNuestro abordaje estándar para las fracturas desplazadas del acromion es la incisión cutánea recta posterior con extensión a la espina escapular. Si se asocian fracturas de la fosa glenoidea posterior, del cuello glenoideo o del cuerpo de la escápula con una fractura del acromion, el abordaje de Brodsky [31] con extensión curva proximal es una alternativa útil. Nuestra estrategia de fijación suele combinar placas más fuertes con implantes de minifragmentos. Normalmente preferimos asociar placas convencionales o de bloqueo de 3,5 y/o 2,8 mm con una placa minifragmentada de 2,4 mm, dependiendo del patrón de fractura. Las placas distales del radio pueden utilizarse de forma no convencional, en particular cuando existe una extensión de la fractura hacia la espina escapular. Si existe una línea de fractura oblicua en ausencia de conminución, pueden colocarse tirafondos, normalmente fuera de la placa. Pueden colocarse suturas adicionales para aumentar la estabilidad de la fijación. Sin embargo, debe realizarse una disección cuidadosa de los tejidos blandos para evitar la desvitalización alrededor del foco de fractura. Además, en los pacientes muy delgados, es preferible utilizar implantes de minifragmentos para evitar la protrusión del hardware, las molestias en los tejidos blandos y las complicaciones de la herida. La figura 9 muestra una fijación de fractura de acromion.
Fijación de la fractura coracoidea
La utilización de la artroplastia total de hombro (ATH) y, en concreto, de la artroplastia inversa de hombro (ARH), ha aumentado de forma constante en las últimas décadas (1-3). A medida que se han ido ampliando las indicaciones de la RSA, también lo ha hecho la prevalencia de este procedimiento. Aunque tradicionalmente la RSA se reservaba para pacientes con artropatía del manguito de los rotadores en fase terminal, las indicaciones se han ampliado para incluir también muchas otras patologías (4,5). A medida que aumenta el número de RSA, inevitablemente también lo hace el número de complicaciones.
Se ha descrito una serie de complicaciones intraoperatorias y postoperatorias en la RSA, con tasas de complicaciones globales estimadas en el 19% para la RSA primaria y hasta el 69% para los procedimientos de RSA de revisión (6,7). Algunas de las complicaciones más frecuentes son la muesca escapular, el aflojamiento del componente glenoideo, la infección, la inestabilidad y la fractura (8). Se han descrito fracturas periprotésicas del eje humeral, la tuberosidad mayor, la coracoides, el acromion y la espina escapular (9,10). Las fracturas del acromion y de la columna escapular se han asociado a resultados funcionales significativamente peores tras la ATR y son una causa importante de disfunción y/o dolor postoperatorio en estos pacientes (11-13).
Clasificación de las fracturas de la apófisis coracoides
Se le ha remitido a un especialista en miembros superiores 1-2 semanas después de la lesión. Durante esta consulta es posible que le hagan otra radiografía para evaluar la posición de la fractura y orientar el tratamiento posterior. El especialista le indicará la siguiente fase de la rehabilitación.
Si experimenta dolor y síntomas en cualquier otro lugar que no sea el lugar de la lesión original o la zona circundante, póngase en contacto con nosotros por teléfono o correo electrónico, según los datos que figuran en la parte superior de esta carta.
Compresas frías: Una compresa fría (hielo o guisantes congelados envueltos en una toalla húmeda) puede aliviar el dolor a corto plazo. Aplíquela en la zona dolorida durante un máximo de 15 minutos, cada pocas horas. El hielo nunca debe estar en contacto directo con la piel.
Reposo: Intente descansar el brazo durante las primeras 24-72 horas. Sin embargo, es importante mantener el movimiento del codo. Mueva suavemente el codo siguiendo los ejercicios indicados. Estos no deben causar demasiado dolor. Esto evitará que el codo se agarrote y facilitará el proceso de curación.
Tratamiento de la fractura de la apófisis coracoides
Reimpresiones y autorizacionesSobre este artículoCite este artículoZhang, H., Lin, KJ., Liu, PY. et al. Finite element analysis of coronoid prostheses with different fixation methods in the treatment of comminuted coronoid process fracture.
J Orthop Traumatol 23, 56 (2022). https://doi.org/10.1186/s10195-022-00675-2Download citationCompartir este artículoCualquier persona con la que compartas el siguiente enlace podrá leer este contenido:Get shareable linkSorry, a shareable link is currently not available for this article.Copy to clipboard